
Rodríguez Castillo es una de las tantas víctimas de la COVID-19 que ya ha acabado con la vida de 1,259 dominicanos.
Su contribución a la educación en el país es más que evidente en el impulso que le dio a Utesa, que a partir de 1974, desde Santiago, se expandió a otras ciudades, como el Distrito Nacional, Santo Domingo Oriental, Moca, Mao, Dajabón, Puerto Plata y Gaspar Hernández.
Príamo Rodríguez no sólo hizo aportes a la educación. También fue promotor de las comunicaciones con su apuesta al diario La Información.
En general, un emprendedor que acometió proyectos como el Centro Médico Cibao-Utesa, el Centro de Convenciones y el Centro de la Cultura Dominicana.
Nuestro más sentido pésame a su esposa Ingrid González de Rodríguez y sus hijos Frank, Lilly, María Jesús y Melany Rodríguez González y demás familiares.
¡Que descanse en paz!
Fuente: El Caribe