Por Lincoln López.
“La implorante” es una de las esculturas más destacadas de la artista francesa Camille Claudel (1864-1943). A pesar de su talento, su obra fue criticada negativamente y, por tanto, rechazada en un tiempo, producto del machismo de la época y por su turbulenta relación amorosa con su maestro y también escultor Auguste Rodin. En 1892, parece que Camille tomó la iniciativa de romper con Rodin.
Sus biógrafos resaltan en Claudel a una artista que desafió los estereotipos de género en el mundo del arte con su talento excepcional, logrando, sin embargo, el reconocimiento en su época. Describen su obra escultórica con rasgos de impresionismo y simbolismo, buscando siempre la emoción que se traduce en un exquisito dramatismo gracias a un perfecto dominio de las técnicas y a su enorme sensibilidad.
Parece que “La implorante” es una imagen de la misma Camille, en donde ella dirige sus manos hacia Rodin. Un hermano de ella, cuando vio la escultura, escribió lo siguiente: “¡Esa joven desnuda es mi hermana! Mi hermana Camille. ¡Implorante, humillada, arrodillada y desnuda! ¡Todo está terminado! ¡Eso es lo que ella nos deja para ser mirado por siempre!…”.
Entre sus principales logros citan: a) Ser miembro de la Societé Nationale des Beaux-Arts de Francia. b) Ganar el prestigioso Premio Blumenthal en 1897 y c) Ser una de las artistas más talentosas e influyentes de su época.
Obras destacadas: Busto de Rodin, Sakountala, Perra hambrienta, La edad madura, El gran vals… Padeció problemas mentales y pasó la mayor parte de su vida en un asilo, lo que limitó una producción más prolífica.
