Los Pacers lo volvieron a hacer.
Contra todos los pronósticos, Indiana dio el golpe. Perdían por 19 puntos, pero no bajaron la cabeza. Peleando cada balón, remontaron y vencieron 114-105 a Cleveland para avanzar a la final de conferencia del Este.
Tyrese Haliburton fue la chispa que encendió al equipo: anotó 31 puntos y lideró con el corazón. A su lado, Pascal Siakam aportó 21 y una actitud inquebrantable.
Pero más allá de las estadísticas, Indiana jugó con alma. Mostró carácter, serenidad y una hambre de victoria que hizo la diferencia.
Es la primera vez desde 2005 que los Pacers ganan tres partidos fuera de casa en una misma serie de playoffs. Nada mal para un equipo que muchos daban por eliminado.
Del otro lado, los Cavaliers llegaron como favoritos. Eran el número uno del Este. Pero en los momentos clave, se quedaron sin respuesta.
Ni los 35 puntos de Donovan Mitchell ni el esfuerzo de Evan Mobley (24 puntos y 11 rebotes) evitaron una eliminación dolorosa: tres derrotas seguidas en casa.
¿Y ahora qué sigue?
Indiana espera tranquilo. Su próximo rival saldrá del duelo entre Knicks y Celtics. Nueva York domina la serie 3-1 y podría cerrarla en el próximo juego.
En el Oeste, la historia también está candente. El Thunder de Oklahoma City tomó ventaja 3-2 ante los campeones Nuggets.
Nikola Jokic lo dio todo con 44 puntos, pero no bastó. Shai Gilgeous-Alexander, con 31 puntos y una calma increíble, fue el hombre del partido.
La lucha por el anillo está al rojo vivo.
Indiana manda un mensaje claro: no son una sorpresa, están para grandes cosas.
Los playoffs siguen regalando emoción. Y esto, apenas comienza.