Por: Rafael A. Escotto.
«Destruir un bosque tropical para obtener beneficios económicos es como quemar una pintura del Renacimiento para cocinar» Edward O. Wilson
El sistema político dominicano tiene un desafío frente a la deforestación rampante, a los incendios y depredación en los bosques del país, para evitar que la floresta se convierta en un erial, como ha sucedido en los países donde las autoridades han sido tolerantes con este flagelo que amenaza con destruir los campos y la producción de alimentos.
La desforestación indiscriminada, como la que se ejerce en República Dominicana, tiene resultados catastróficos, como son la reducción peligrosa de los árboles y plantas que ocupan nuestra tierra. Además, tenemos que pensar en lo que advirtió el historiador y capellán del rey de Inglaterra, Thomas Fuller: «Nunca sabremos el valor del agua hasta que el pozo esté seco.»
Igualmente, tenemos que admitir, como muy bien ha entendido el presidente, que la desforestación reduce la capacidad de los procesos de asimilación de dióxido de carbono y su posterior transformación en oxígeno por parte de las plantas, lo que implica, según los criterios técnicos, más gases en la atmósfera que producen efecto invernadero y, por tanto, aumento de las temperaturas globales.
Traigo a este trabajo algo que llegamos a observar personalmente cuando aún éramos muy jovencito en tiempo de Trujillo. La Guardia Forestal estaba formada por ciudadanos, mujeres y hombres, muy dedicados y eficientes en sus labores de vigilancia..
Vestían uniforme verde y, todos vivían y conocían de cabo a rabo los campos o sierras donde ejercían esta importantes cargo, orientados, fundamentalmente, a la vigilancia, prevención de incendios, cuidado, conservación y protección de la flora, fauna y el medio ambiente, garantizando de esta manera el cumplimiento de la normativa vigente para la época, en materia forestal y del medio ambiente.
Estos guardias forestales les enseñaban a los campesinos la mejor manera de restauración ecológica para reducir al mínimo la pérdida de su capa vegetal al retener más carbono del que consume y así alimentar la biodiversidad y mantener un ciclo adecuado de agua y nutrientes que son sustancias química que aportan la energía necesaria para garantizar la conservación y desarrollo de los organismos.
Los Forestas o Agentes rurales, como solía llamárseles, eran todos profesionales que recorrían laderas, ríos, arroyos montañas y bosques, armados, a lomo de mulo o de caballo y, no tenían funciones militares, pero podían realizar arrestos conforme sea la violación y traducir a los violadores a la justicia civil, conforme con la ley de Medio Ambiente, sustentándose en la Constitución de la Republica.
Observamos, que el presidente Luis Abinader está sumamente interesado y preocupado en enfrentar, junto a Medio Ambiente, los problemas asociados con la desforestación y en la ocupación ilegal de los Parques Nacionales Judit Alonso, la periodista, profesora de la Universidad de La Rioja, España, dijo que «Los bosques necesitan protección.»
El Ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Miguel Ceara Hatton, siguiendo las instrucciones del presidente Abinader, nos advierte, según una Resolución de la FAO, que: «El mundo se enfrenta a cambios ambientales a gran escala que pueden resultar irreversibles y que plantean importantes amenazas relacionadas con el clima, la biodiversidad, los recursos naturales y el bienestar humano.»
Tenemos que apoyar al presidente Luis Abinader y a Ceara Hatton, en su tarea gigantesca de proteger el medio ambiente, decimos esto, pensando en lo que expresó la política estadounidense Claudine Schneider, que: «Una ecología saludable es la base para una economía saludable»
