Hoy, 25 de septiembre, se conmemoran 72 años de la primera corona de las Águilas Cibaeñas, obtenida en el torneo de 1952, cuando el equipo de Santiago ganó la serie final 4-3 ante sus eternos rivales, los Tigres del Licey.
El aguerrido conjunto cibaeño, bajo la dirección de Rodolfo Fernández, se mantuvo fiel a su plantel inicial durante todo el campeonato, sin dar de baja a ningún jugador, lo que fue clave para su éxito. Entre sus principales fortalezas estuvo el pitcheo, integrado por lanzadores de renombre como Terry McDuffie, Emilio Cueche, Gachito Morales y Tomás Gómez Checo.
El séptimo y decisivo partido se jugó en el histórico Estadio Trujillo. En esa ocasión, por los Tigres, subió a la lomita el carismático Rubén «El Divino Loco» Gómez, mientras que por las Águilas lanzó Emilio Cueche, quien fue pieza clave para asegurar la victoria.
Las Águilas alinearon con un equipo que dejó huella: Tiant «El Cliper» Tineo en el jardín central, Guillermo Estrellaen el campo corto, Willie «El Gachito» Morales en el izquierdo, Guillermo Vento en la tercera base, Fernando Buenoen la inicial, Alejandro «El Villanazo» Crespo detrás del plato, Fernando Díaz «El Bicho» Pedroso en el jardín derecho, Julio Martínez en la segunda base, y Emilio Cueche como lanzador.
Por su parte, los Tigres del Licey presentaron un alineado respetable: Othelo «Juanita Morel» Renfroe como shortstop, Alcibíades Colón en el jardín derecho, Silvio García en la antesala, Luis «El Jíbaro» Olmo en el izquierdo, Alonso «El Príncipe» Perry en la primera base, Casey Jones como receptor, Luis «El Grillo» Báez en el jardín central y Olmedo «El Chelito» Suárez en la segunda base.
El juego fue reñido. Las Águilas lograron 4 carreras en 28 turnos con 6 hits, mientras que el Licey, en 33 turnos, solo pudo anotar una carrera con 6 imparables. La única carrera azul fue impulsada por Alonso Perry tras un doblete de Guayubín Olivo, quien había entrado a jugar en el jardín izquierdo.
Por las Águilas, Guillermo Vento y El Bicho Pedroso conectaron dos hits cada uno. Emilio Cueche, el lanzador ganador, tuvo una excelente actuación en 8.1 entradas, permitiendo 6 hits, dando una base por bolas y ponchando a 10 bateadores. Tomás Gómez Checo relevó por un out, y finalmente, Terry McDuffie, famoso por la frase «la hit no gana juego», selló la victoria con el out 27.
Este memorable triunfo en 1952, que coronó a las Águilas como campeones por primera vez, marcó el inicio de una rica historia para uno de los equipos más emblemáticos de la pelota dominicana.