Ante la calamidad provocada por los fenómenos naturales que trae consigo el cambio climático, tal como han sido las inundaciones a consecuencia de una tormenta de lluvias sin precedentes y su secuela de daños y víctimas, los dominicanos tenemos que no solo lamentarnos y buscar culpables, sino que debemos aprender de esos desastres y enfocarnos para prepararnos mejor para el futuro.
No es momento para quedarnos en las anécdotas sobre las dramáticas escenas que muestran la magnitud del evento y los daños materiales y de vidas. Más bien, el momento es de solidaridad con los afectados, al tiempo de ver hacia delante para que el país se adecue mejor ante las amenazas que vendrán con el cambio climático.
Mirando hacia delante el país debe planificar y ejecutar un plan nacional de construcción de nuevas presas para el almacenamiento de las aguas en exceso y para un más racional uso de los recursos hídricos. Asimismo, se deben fortalecer mediante un plan nacional las acciones para la reforestación de las cuencas hídricas, para una mejor canalización y conservación de las aguas de los ríos.
Ahora que se ha decidido la conformación de una comisión que evalúe la situación de las obras de infraestructura, de esa evaluación, se deben desprender planes de mantenimiento y corrección de posibles fallas de construcción; planes de instalación de sistemas de drenaje de aguas pluviales; programas para la aplicación del ordenamiento territorial que corrijan las debilidades que se observan en los asentamientos urbanos; planes de saneamiento de cañadas como ya se han iniciado; planes en coordinación con los gobiernos locales para el mejor manejo de los residuos sólidos; y en especial, planes de educación urbana dirigidos a elevar la conciencia ciudadana sobre el manejo de la basura y del tránsito y transporte urbano e interurbano.
La ejecución de esas acciones a mediano y largo plazo deben tener un efecto positivo, no solo para una convivencia urbana de calidad, sino como orientaciones racionales para preparar al país para enfrentar los fenómenos naturales atribuidos al cambio climático.
Asimismo, esos planes han de servir de apoyo a toda la política de desarrollo que impulsan los gobiernos, de manera que garanticen el crecimiento económico con mayor sentido de la equidad, y para que la nación se enrumbe hacia la prosperidad con mayor seguridad ambiental y ciudadana.
¡Aprendamos la lección y preparemos un mejor futuro más ordenado y seguro!
Fuente: La Información.