En una movida digna de aplausos (y probablemente de algunos memes), el Comité Organizador de los XXV Juegos Centroamericanos y del Caribe Santo Domingo 2026 accedió amablemente a «prestar» el remozado Estadio Olímpico Félix Sánchez para un evento de crucial importancia para el deporte: ¡los conciertos de Aventura!
El grupo, liderado por Romeo Santos, no perdió la oportunidad de agradecer este noble acto en un comunicado lleno de emoción y elegancia. «Es un honor cerrar ciclos en la tierra de nuestro amado género musical», citaron los bachateros, mientras probablemente pensaban: «¿Qué mejor manera de preparar un estadio para competencias internacionales que llenándolo de fanáticos bailando bachata?»
Aventura, los «atletas» de la bachata
Por supuesto, el presidente del comité, José Monegro, también fue merecidamente reconocido. Su disposición para priorizar el montaje del espectáculo sobre cualquier otra nimiedad, como entrenamientos o preparativos deportivos, demuestra una visión única. Porque, después de todo, ¿qué son unos Juegos Centroamericanos comparados con el regreso de Aventura al escenario dominicano?
Y si hay algo que no se les puede negar, es su compromiso con el país. En un gesto de altruismo ejemplar, Aventura pidió a sus fanáticos que cuiden las instalaciones. «Por favor, no rompan nada… hasta que termine el último coro de ‘Obsesión’», parece ser el subtexto.
El deporte puede esperar
Mientras tanto, los atletas que sueñan con representar a su país en 2026 tendrán que esperar un poco más para disfrutar de las renovadas instalaciones. Al menos pueden consolarse sabiendo que las vibraciones de «Mi Corazoncito» dejarán una huella imborrable en el césped y las gradas.
Un cierre de año «a lo grande»
Con las presentaciones programadas para el 27, 28 y 29 de diciembre, está claro que la música dominicana sigue marcando la pauta. Y si el estadio aguanta después de tres días de miles de fanáticos emocionados, entonces estará más que listo para las exigencias de cualquier competencia deportiva.
Gracias, Aventura, por recordarnos que en República Dominicana siempre hay espacio para priorizar lo que realmente importa: la bachata.