El rugido del Rogers Centre resonó en todo Canadá.
Un solo swing fue suficiente para cambiar el rumbo de la historia.
George Springer, un veterano de mil batallas, conectó un jonrón de tres carreras en la séptima entrada, llevando a los Blue Jays a una victoria de 4-3 sobre los Marineros de Seattle y regresando a la Serie Mundial por primera vez desde 1993.
Un héroe inesperado
Springer, que jugó a pesar del dolor tras recibir un pelotazo en la rodilla, se convirtió en el héroe que todos necesitaban. Con su batazo frente al relevista venezolano Eduard Bazardo, hizo que más de 39 mil fanáticos se pusieran de pie, incrédulos ante lo que estaban presenciando.
“Estoy muy feliz por este equipo, por esta ciudad, por todo Canadá. El dolor no importa”, expresó Springer, visiblemente emocionado. Su jonrón número 23 en postemporada lo consolida como uno de los bateadores más decisivos en la historia de los playoffs, solo detrás de Manny Ramírez (29) y José Altuve (27).
El sueño de una nación
Toronto necesitaba un momento así. La ciudad había estado esperando más de tres décadas por esta oportunidad. Y aunque Vladimir Guerrero Jr. había sido el protagonista durante la serie, fue Springer quien encendió la chispa final.
Los Blue Jays ahora se preparan para enfrentarse a los Dodgers de Los Ángeles este viernes, en un duelo que promete ser electrizante. El béisbol regresa a su cita más grande, y Canadá vuelve a soñar con otro Clásico de Otoño.
Mientras tanto, Seattle sigue lidiando con su dolorosa sequía: continúa siendo la única franquicia que no ha llegado a la Serie Mundial.
En Toronto, sin embargo, la historia es diferente.
Hoy, la ciudad entera celebra… porque los Blue Jays están de vuelta en la Serie Mundial.