La gente de las Américas tiene derecho a la democracia y sus gobiernos tienen la obligación de promoverla y defenderla. (Barack Obama)
Dr. Frank Espino
Al finalizar las elecciones del día 18 de febrero del 2024 nos deja una gran experiencia, y es que el pueblo soberanamente fue a votar por sus candidatos que consideraron eran los más fieles representantes de sus deseos políticos. No podemos negar que en estas elecciones de medio tiempo, es decir, lo que tiene que ver con las elecciones para elegir los Síndicos y también los Regidores no son del todo perfectas. Sin embargo, nos enseñan mucho de que existe un deseo de expresar por medio del voto lo que quisiéramos que se continúe, la democracia. Siempre habrá quejas de aquellos que no pudieron conseguir la cantidad de votos necesarios para alcanzar los puestos que ellos se habían propuesto. Sin embargo, nos queda bien claro que siempre habrán excusas para justificar el por qué no se consiguió lo que perseguían los diferentes partidos.
Ahora se argumenta que por abstención, es decir, por la ausencia de salir a votar libremente no se alcanzó el por ciento deseado de la población general.
Uno se pregunta: ¿Sí se acusa que el gobierno ganó en la mayoría de las provincias las elecciones, por qué los simpatizantes de este fueron los que votaron masivamente? ¿Por qué aquellos que pertenecen o simpatizan por otros partidos, no hicieron lo mismo?
Hay varios factores que tenemos que analizar el porqué de esa dejadez si se puede decir así, de no asistir a los centros de votaciones, si existe libertad plena.
Tenemos que analizar varias cosas que son posibles que impidieron o que no facilitó una votación masiva cómo se esperaba.
Primero: Comprender que esta es una sociedad cambiante, es decir, que nuestros pobladores tienen que trasladarse a diferentes lugares para lograr un trabajo que en muchas ocasiones le impide votar en el sitio donde están inscritos.
Segundo: Reconsiderar también que muchas personas viajan fuera del país y coinciden precisamente con el día de votación y por lo tanto no es posible ejercer su derecho al voto.
Tercero: Si bien es cierto que había una definición en un porcentaje elevado de la población el por quién iba a votar, tenemos que entender también que muchos no estaban definidos sobre los candidatos en quién iban a depositar sus respectivos votos.
Otro elemento que tenemos que reconsiderar, es que la oposición no estaba del todo unida.
Cuando se va a un certamen como este tenemos que tener claro que se va a dos cosas: ganar o perder.
Siempre habrán quejas, lamentaciones, acusaciones, y por ende frustraciones entre aquellos que aspiran al poder.
Muchas serán las causas que se quiera disponer para justificar el por qué se pierde. Pero tenemos que entender que estos momentos de votación es lo que representa lo que es una verdadera democracia.Por nuestra parte, tenemos que alabar el comportamiento social de todos los que participaron tanto en la organización cómo en las votaciones, ya que se podría decir que fueran unas votaciones limpias, respetuosas, pero sobre todo con deseo de cambiar las cosas.
Como dice nuestro título de este artículo: ¡Misión cumplida! ¡Viva la fiesta de la democracia!
El autor es médico, escritor y profesor
universitario.
Fuente: La Información.