Dr. Frank Espino.
“Aprendí que si no puedes ser feliz con poca cosa, no vas a ser feliz con muchas cosas” PEPE MUJICA
Hace unos días, escuché una expresión que había que rezar por el mundo. Yo agregaría que también habría que cantar por el mundo.
Si nosotros nos damos cuenta el mundo está al borde de un cataclismo de consecuencias incalculables. Hemos visto como líderes sostienen que es falso lo de calentamiento global. Y sin embargo sus consecuencias las estamos viviendo a diario.
Otros en tono soberbio quieren poner en práctica su poderío nuclear.
Muchos ciudadanos de filosofía religiosa extremista, no paran de amenazar y continúan con sus prácticas terroristas, diseminado su miedo, muertes, heridos por muchos países del mundo sobre todo aquellos donde más concentración de gentes inocentes se encuentra.
¡La economía armamentista no cede!
La hambruna y desnutrición de cientos de niños y adultos de países en desarrollo, sumado al grado de insalubridad, no va a la par con la cantidad de recursos que son gastados en cosas banales en países desarrollados. Se suma cada vez, la falta de viviendas, agua potable, y educación adecuada.
No comprendemos por qué los humanos destruyen a los seres humanos? Desalmados disparan a mansalva sobre multitudes, sin encontrar causas justificadas y sin que nadie nos de explicación.
Ya no hay respeto hacia los niños, hombres y mujeres envejecientes, y continuamente son agredidos en albergues y hospicios.
Los religiosos se han ido desacreditando, provocando la falta de fe en los creyentes, (en todas las religiones), sea por un factor económico por acoso sexual, llegando hasta los pederastas.
Sabemos que el mundo está dividido entre los pocos que más tienen, y los muchos que pocos tienen. Esto crea un abismo de desigualdad, que profundiza cada vez más las necesidades y el alejamiento entre los humanos.
Un factor contaminante en el mundo de donde no escapamos los países como el nuestro, es el factor de corruptela que ha contaminado todos los estratos sociales, disminuyendo cada vez más una mejor calidad de vida. Aumentando la agresividad, desigualdad social, criminalidad, pobreza e inequidad. Aunque tal vez usted no sea un ortodoxo religioso, o poco creyente, pero entiendo que solo nos queda expresar una solicitud: “Rezar por el Mundo”
El autor es médico, escritor y profesor universitario
Fuente: La Información.