Un 11 de abril de 1906 nació en Santo Domingo una de las figuras más queridas y admiradas del béisbol caribeño: Tetelo Vargas, conocido también como “El Gamo” por su extraordinaria velocidad. Hoy, a 106 años de su natalicio, su legado sigue vivo entre los fanáticos y cronistas que reconocen su aporte imborrable al deporte nacional.
Tetelo fue un espectáculo sobre el terreno. Rápido, elegante y determinante, sus piernas parecían alas cuando corría las bases. Con apenas 21 años, fue firmado por los Leones del Escogido en 1927, iniciando así una carrera que trascendió fronteras.
El primer líder de dobles
En la Liga Dominicana, Tetelo Vargas fue protagonista desde los inicios. En 1951, con las Estrellas Orientales, se convirtió en el primer líder de dobles con 13 batazos de dos bases, un récord que no volvió a repetirse en el equipo verde hasta 1966-67, cuando lo igualó Rafael “El Gallo” Batista.
En cinco temporadas (1951-1956) con las Estrellas, Tetelo jugó 176 partidos, acumuló 213 hits en 662 turnos, conectó dos jonrones y dejó un promedio vitalicio de .322. En 1953, con 48 años, se convirtió en el primer dominicano en liderar el bateo con .355, superando a Alcibíades Colón por 17 puntos.
Su capacidad no tenía edad: a los 47 años fletó dos cuadrangulares, estableciendo el récord como el jugador más longevo en lograrlo en la Liga Dominicana.
Un legado que perdura
Además de su brillante trayectoria en República Dominicana, Tetelo dejó huella en Puerto Rico, donde se estableció como un jugador estelar. Su legado fue tan grande que, en 1963, el profesor Juan Bosch promovió que el estadio de San Pedro de Macorís llevara su nombre. Así, el antiguo estadio Ramfis pasó a ser oficialmente el Estadio Tetelo Vargas el 9 de noviembre de ese mismo año.
Tetelo Vargas no solo fue un símbolo deportivo, sino también un referente de determinación y excelencia. Hoy, más de un siglo después de su nacimiento, su historia sigue inspirando a nuevas generaciones de peloteros y fanáticos.
Con Información de Diario Libre