“Caminando al revés, me va mejor” (Relato)

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Lincoln López por Mercader.

Habitualmente, los lunes y jueves a media mañana, al frente  de la casa, el hombre detenía su vieja carretilla para vender su limitada oferta de productos agrícolas menores. Voceaba su mercancía alertando al cliente, y luego, de un corto diálogo, el necesario para enfundar, cuantificar y entregar la mercancía, recibía su pago. Lo santificaba, despidiéndose siempre: ¡Quede con Dios!

Aquel hombre llegó ese lunes con cambios en sus hábitos: retraso en su hora de llegada y modificando la ruta, ahora por la izquierda, percibida por la ­dirección del sonido de su voz. El breve diálogo de ese día le hizo notar la ­diferencia. Igualmente para marcharse se despidió pero utilizando una frase distinta y hasta antagónica en su concepción de hombre creyente: “Caminando al revés, me va mejor”.

De inmediato recordé las creencias supersticiosas de nuestra gente. Así pues, “caminar al revés”, me llevó a una leyenda que vive en el corazón rural de los dominicanos: La ciguapa. Un personaje femenino, con varios signos distintivos: “Piel morena (¿o azul?) y con un pelo tan largo que llega a constituir su única vestimenta…Además, “tiene los pies al revés, dirigidos hacia atrás”…

Suele salir de noche de las cuevas y montañas donde vive y tiene un único medio de comunicación vocal: un gemido suave. “Son inofensivas, muy tímidas y temen a los humanos”. Sin embargo, “Atraen a los caminantes de sexo masculino los que desaparecen, luego de haber sido seducidos”.

Caramba, me dije, no hay que ser tan dramático. Posiblemente esa actitud sea el efecto de una de las tantas cábalas caribeñas  de nuestro sincretismo ­causado por la transculturación. Personas de pobreza intelectual y económica, se abocan a realizar las más diversas actividades luego de visitar a curanderos, cuyas “recetas” incluyen prácticas como esas, las de hacer “todo al revés”…

Puede considerarse un exceso, pedirle una interpretación histórica del ­Materialismo, de la lucha de clases y la Dialéctica, de Marx y Engels y Hegel, respectivamente. Mucho menos pedirle referencia alguna de los “Apuntes sobre las clases trabajadoras dominicanas”, del prócer y escritor santiaguero Pedro Francisco Bonó, “precursor de nuestra emancipación cultural”.

Hace tiempo que andamos al revés, en cuanto a la eficiencia de los servicios públicos esenciales como la Educación, Cultura, Salud, Seguridad, ­alimentación, calidad de vida, medio ambiente sano, el transporte público…Ni hablar de la corrupción y la impunidad; la desigualdad social y  la Justicia que favorece a ricos y perjudica a los pobres.

“Vivimos en la cultura del envase, que desprecia el contenido” como escribiera Eduardo Galeano. No resulta extraño, pues, que nuestro pobre hombre y pobre, decidiera más por experiencia ajena, que le irá económicamente mejor por “Caminar al revés”.

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