Este domingo 24 la familia dominicana se prepara para celebrar la “Noche Buena” y el lunes 25 la “Navidad”, cumpliendo la tradición que marca el nacimiento de Jesús, Dios hecho hombre.
En esas fechas es costumbre que la familia se reúna en torno a la mesa para socializar y fortalecer los lazos de la familiaridad, compartiendo la cena y los regalos como símbolos de la fraternidad y de la fe.
Es una celebración para que todos los miembros de las familias y sus relacionados se expresen entre sí el cariño compartido y los mejores deseos de cara al nuevo año que viene. También es un momento que muchos lo aprovechan para disfrutar de la cena y de las bebidas que siempre acompañan la ocasión.
Por ese motivo es también costumbre llamar la atención para que la convivencia navideña sea de calidad y no de tragedia, por lo que es pertinente llamar a la moderación, para que la fiesta sea de bienestar y sirva de un buen recuerdo que alimente la lealtad familiar, tan necesaria en estas circunstancias de descomposición familiar y social que nos vacía en valores.
En esta ocasión, la moderación se hace más necesaria en momentos en que los accidentes de tránsito provocan muertes lamentables, y la delincuencia y la criminalidad hacen insegura la convivencia entre las personas, mientras otros sufren los embates de las inundaciones que ha traído consigo el largo período de lluvias en estos tiempos.
Por esa razón en esta Noche Buena y en esta Navidad, redoblemos los cuidados y las previsiones para protegernos de esos eventos de altos riesgos y podamos disfrutar en paz y tranquilidad, dentro del ambiente familiar, de estas fiestas de Navidad, en espera de que el año próximo nos traiga las realizaciones que inspiran nuestros más elevados ideales, para bien de la familia y del país.
Celebremos, pues, con moderación y cuidado, esta próxima Noche Buena y la Navidad.
¡Felicidades!
Fuente: La Información.