El fundador de WikiLeaks ha vuelto a su casa en Australia tras firmar un acuerdo de culpabilidad en el juicio por espionaje iniciado por el Gobierno de Estados Unidos.
Assange aterrizó en Australia y se reunió con su familia, finalmente como un hombre libre. Obtuvo la libertad después de declararse culpable de solo uno de los cargos en su contra, relacionados con la violación de la Ley de Espionaje de Estados Unidos. Este acuerdo, firmado con el Departamento de Justicia, le permitió evitar más tiempo en prisión tras haber pasado cinco años encarcelado en el Reino Unido, esperando la resolución del pedido de extradición a Estados Unidos. De haber sido extraditado y declarado culpable, Assange podría haber enfrentado una sentencia de hasta 175 años de prisión por la publicación de documentos clasificados en 2010, que revelaban crímenes de guerra estadounidenses en Irak y Afganistán.
En una conferencia de prensa realizada el mismo día, Stella Assange, esposa del fundador de WikiLeaks, expresó: “Este juicio ha sido un ataque al periodismo, un ataque al derecho de la población a informarse y nunca debería haber sucedido. Julian no debería haber pasado ni un solo día en prisión. Pero hoy celebramos, porque hoy Julian es libre”.
También compartimos las declaraciones de Jennifer Robinson y Barry Pollack, miembros del equipo jurídico de Assange, quienes enfatizaron que utilizar la Ley de Espionaje, una legislación que data de la Primera Guerra Mundial, para perseguir a un editor de medios de comunicación es un grave riesgo para la libertad de prensa.
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Información de Democracynow.org fue utilizada en esta nota