Elon Musk, el voluble propietario de Twitter, hizo efectivo el cambio el nombre y el logotipo de la plataforma a «X». Al hacerlo, está desechando el nombre de la marca, el logotipo del pájaro y tal vez incluso el verbo «twittear» (¿cómo se dirá ahora?). En fin, todo lo que le aportaba valor financiero a una empresa que compró, despojó y asfixió.
El cambio de marca está muy en la tradición del marketing corporativo de don’t look there, look over here (no mires allá, mira aquí) Pero, si incluso tiene éxito en eso, es bastante cuestionable.
Linda Yaccarino trató de explicar el cambio…sus respuestas también son «X»
El principal intento de Musk de cortejar a los anunciantes se produjo a través de la contratación: nombró a la ex ejecutiva de NBC, Linda Yaccarino, directora ejecutiva de Twitter.
«Es algo excepcionalmente raro, en la vida o en los negocios, que tenga una segunda oportunidad de causar otra gran impresión. Twitter causó una gran impresión y cambió la forma en que nos comunicamos. Ahora, X irá más allá, transformando la plaza del pueblo global».
«X es el estado futuro de la interactividad ilimitada, centrada en audio, video, mensajería, pagos/banca, creando un mercado global para ideas, bienes, servicios y oportunidades. Impulsado por IA, X nos conectará a todos de maneras que apenas comenzamos a imaginar».
Tampoco tiene ningún pago o infraestructura bancaria (aunque se registró con el Departamento del Tesoro de EE.UU. para comenzar a procesar pagos). Ni tiene elementos de comercio electrónico y, si nos ceñimos a las reseñas, Musk ha dañado la relación de la empresa con muchos de los anunciantes que podrían querer vender en la plataforma.
Yaccarino también menciona la inteligencia artificial (IA). Pero no aclara cómo la empresa la usará en el futuro.
«Durante años, tanto los fanáticos como los críticos han empujado a Twitter a soñar más grande, innovar más rápido y alcanzar nuestro gran potencial. X hará eso y más. Ya comenzamos a ver que X toma forma en los últimos 8 meses a través de nuestros lanzamientos rápidos de funciones, pero apenas estamos comenzando».
La primera parte de este tweet es sin duda cierta. Pero Elon Musk no es un tipo que escucha a los críticos. Cosa que además deja clara cuando son los usuarios pagos los que tienen una ubicación privilegiada en sus respuestas.
«No hay absolutamente ningún límite para esta transformación. X será la plataforma que puede ofrecer, bueno… todo. @elonmusk y yo estamos ansiosos por trabajar con nuestros equipos y cada uno de nuestros socios para traer X al mundo».
Bueno, mucho éxito. Pues no hay que olvidar que Twitter está profundamente endeudado y debe $ 1 mil millones anuales solo para pagar esa deuda. No ha pagado alquiler en muchas de sus oficinas; está siendo demandada por proveedores por no pagar sus facturas y por exempleados por no pagar indemnizaciones por despido.
Cambiar el nombre de la empresa no cambia sus circunstancias. Pero claramente Musk y Yaccarino están unidos en sus intentos de convencer al mundo de lo contrario.
Fuente: El Caribe