La celebración por los 50 años sacerdocio del padre Juan Rodríguez Castro, conocido con cariño como padre Juanito, llenó de emoción a toda la comunidad reunida en la parroquia San José, en San José de las Matas. El templo se convirtió en un espacio de gratitud, memoria y fe, donde fieles, familiares, religiosos y visitantes honraron medio siglo de entrega pastoral. Era más que una ceremonia: era el reconocimiento a una vida que ha inspirado a varias generaciones.
La ceremonia fue presidida por Mons. Héctor Rafael Rodríguez, Arzobispo Metropolitano de Santiago, con la presencia de los arzobispos Freddy Breton y Ramón Benito de la Rosa y Carpio, arzobispo emérito, y el obispo auxiliar Plinio Valentín Reynoso, quien también celebra 50 años de servicio sacerdotal.
Un hijo de la sierra que creció en la fe
Durante la ceremonia se leyó una semblanza que recorrió la vida del padre Juanito desde sus raíces familiares. Nació en esta tierra bendita, y fue formado bajo el ejemplo de dos figuras profundamente respetadas: su padre, el diácono Esmeraldo Rodríguez, y su madre, Lorenza Castro. En su hogar aprendió el valor del servicio, la humildad y la cercanía humana.
Ingresó al seminario en 1965, en medio de cambios importantes dentro y fuera de la Iglesia. Su ordenación, celebrada el 7 de diciembre de 1975 por monseñor Roque Antonio Adames Rodríguez, marcó el inicio de un camino espiritual que ha tocado vidas en distintas comunidades del país y del extranjero.
Un ministerio valiente, fecundo y lleno de historia
La semblanza recordó su paso por la revista Amigo del Hogar, una de las publicaciones religiosas más influyentes del país. Desde esa plataforma, y en tiempos marcados por el silencio de muchos, alzó la voz para denunciar injusticias y defender la dignidad humana. Su firmeza editorial permitió que casos como el de Florinda Soriano, conocida como Mamá Tingó, no quedaran en el olvido.
También se destacó su servicio como formador de jóvenes en Colombia, sus estudios de comunicación en Roma y su labor como párroco en distintas comunidades guiadas por los Misioneros del Sagrado Corazón. Fue superior provincial en cuatro ocasiones y director de la Casa Universitaria Montesinos, así como de la Hermandad del Corazón de Jesús.
La comunidad recordó con especial emoción dos momentos singulares de su vida: fue chofer de Madre Teresa de Calcuta durante su visita al país en los años 80, y realizó una de las primeras entrevistas en América a Monseñor Óscar Romero, hoy santo y símbolo de justicia.
Un legado que sigue iluminando
Entre cantos, flores y oraciones, la comunidad dio gracias por el testimonio de un sacerdote que ha dedicado su vida al servicio, la verdad y la esperanza. La misa por los 50 años sacerdocio del padre Juanito se convirtió en un acto de memoria viva y un llamado a continuar construyendo una Iglesia cercana, humana y comprometida

