Este domingo 18 de febrero la población deberá acudir a las urnas para elegir a las nuevas autoridades municipales. Esta cita con la democracia es una prueba más que la nación ha de pasar, en su camino hacia el fortalecimiento de la institucionalidad democrática.
Se trata de un evento importante donde se pondrá a prueba la fortaleza y destreza de los órganos electorales responsables de no solo la organización del proceso comicial, sino también de su arbitraje para emitir fallos legítimos, cuyo dictamen sobre los resultados deberán ser acogidos y aceptados por todos los competidores y por la misma ciudadanía.
Las elecciones municipales como las nacionales deben darse en un clima de paz y de orden, con limpieza y transparencia; y de donde habrán de surgir autoridades municipales legitimadas por el voto como expresión de la voluntad ciudadana donde reside el poder del pueblo.
De esa manera espera la ciudadanía democrática y civilista que ocurran las elecciones, para que las mismas no sean convertidas en un trauma que obstaculice el avance democrático del país y por el contrario sean la antesala para que las elecciones nacionales de mayo próximo, transcurran también en completa paz y tranquilidad.
Ese deseo de paz y tranquilidad se hace más perentorio para nuestro país por efecto de la contingencia que se está dando en el vecino país Haití, donde el régimen político ha caído en la ingobernabilidad democrática, como consecuencia del hecho de que el gobierno en Haití lo está ejerciendo la multitud callejera y pandillera, que han convertido al régimen político haitiano en una “Oclocracia” o gobierno del “gentío”.
El desafío de las elecciones municipales, también se da en medio de un clima de inestabilidad en la región y en el mundo, donde la tendencia al autoritarismo de izquierda y de derecha, se disputa el control de las naciones, incluso mediante el uso de las armas y la competencia salvaje, efectos del llamado “capitalismo salvaje” que se instalara en el mundo movido por los intereses económicos defendidos por la doctrina neoliberal, imponiendo la economía única del “libre mercado”.
En ese ambiente de incertidumbre por el que transita la humanidad, se hace más imperativo que las elecciones municipales sean celebradas rodeadas de la mayor seriedad y tranquilidad, a manera de ahuyentar toda mala influencia proveniente del entorno internacional.
¡Asumamos, pues, con el mayor orden y paz las elecciones municipales!
Fuente: Lainformacion.com.do