Luciano Filpo
El 28 de noviembre de 1963, varios grupos de jóvenes se levantaron en armas contra el gobierno de facto del denominado Triunvirato, el cual había dado un golpe de Estado al gobierno democrático de Bosch. En diciembre de 1962, había ganado las elecciones el profesor Juan Bosch, quien propuso una Constitución y unas reformas que democratizaban la propiedad, la educación y la salud en República Dominicana. El movimiento Revolucionario 14 de junio (1J4) se abstuvo de participar en el proceso electoral, pero pudieron constatar las reales reformas democráticas que se intentaron. Los jóvenes del 14 de junio advirtieron a quienes abortaron el gobierno democrático de Bosch (25/9/63) que, si se empeñaban en conculcar las libertades públicas, en reprimir a la población, “ahí están las escarpadas montañas de Quisqueya, a ellas iremos, para mantener viva la antorcha de la libertad”. Hay muchas interpretaciones sobre los movimientos insurreccionales en los años 1960… se habla del espíritu de sacrificio de la época, la heroicidad al estilo Che Guevara o Camilo Cienfuegos, el foquismo desarrollado después del triunfo de la Revolución Cubana (1959). En Centroamérica, el Caribe y Suramérica se disgregaron focos guerrilleros que creían posible construir la utopía social desde una acción armada en el monte para redimir a las mayorías acogotadas por grupos oligárquicos en el continente de la esperanza.
La guerrilla de Manaclas, dirigida por Manolo Tavárez, estaba integrada por unos quince guerrilleros, jóvenes de clase media, algunos de ascendencia campesina, todos con el pecho henchido de heroísmo y determinación por encarar la represión del gobierno de facto del Triunvirato. Algunos se extraviaron en la cordillera central. El historiador, Emilio Cordero Michel, sobrevivió a la ejecución porque herido se quedó rezagado en el camino. El ingeniero y artista Marcelo Bermúdez, quien había tenido militancia cercana al Movimiento 14 de junio 1J4, diseñó un monumento en honor a los caídos el 21 de diciembre de 1963. Este reconocimiento es un bálsamo a la memoria de todos aquellos jóvenes que, en la flor de su juventud, entregaron lo más valioso: su vida, en aras de democratizar la sociedad dominicana y eliminar los remanentes del trujillismo que se resistían a ceder los espacios públicos y políticos. La guerrilla de Manolo se constituyó en un martirologio colectivo, en el sacrificio de una generación que aún no había dado los frutos buscados, para algunos investigadores sociopolíticos fue una inmolación, un suicidio político. El espíritu de la época guiaba la visión heroica de un grupo de hombres y mujeres preparados de forma estoica para el sacrificio, la inmolación y el pacto de sangre.
La República Dominicana de los años 1960 se convirtió en una caja de resonancia de la Revolución Cubana. En el marco de la Guerra Fría, la administración norteamericana, primero de Kennedy y luego de Johnson, advertían que evitarían otra Cuba en el Caribe, que no permitirían gobiernos afines a las guerrillas y opciones de izquierda. El escritor ítalo-americano Piero Gleijeses, en su texto “La Esperanza Desgarrada”, destaca que EE. UU. tomó en República Dominicana las previsiones que en Cuba fueron descuidadas y facilitaron el triunfo de Fidel Castro y la consolidación del proceso revolucionario. Fidel Castro fue enviado al exilio después del asalto al cuartel Moncada (26/7/1953), regresó con una guerrilla, esto se relaciona con el destino final de la elevada y egregia figura de Manolo, quien no podía sobrevivir al Movimiento, por razón de Estado había que acallar esta potente, solidaria y absorbente voz. También destaca el autor que Manolo Tavárez fue persuadido por la llamada línea dura del 1J4, de la situación irrevocable de ir a una inmolación donde existían escasas condiciones para el éxito guerrillero.
Para 1963 vivíamos en una sociedad rural, una población con elevado nivel de creencias populares y religiosas. El campesinado tenía una sumisión y admiración hacia la autoridad aparte de que las clases y rasos proceden de los campos, ingresar a las milicias era un mecanismo de movilidad social. El conservadurismo y la tradición patriarcal acompañada de la sumisión prosternada a la autoridad, lo que se traducía en un hándicap para los jóvenes que se involucraron en la epopeya catorcista de 1963. Desde la fundación del 1J4 hubo mujeres como Minerva y María Teresa, después también se integraron Aniana Vargas, Piki Lora, Emma Tavares. En el foco guerrillero de Manaclas no hay registro de mujeres convertidas en guerrilleras.
La insurrección de 1963 puso de manifiesto la capacidad de entrega y sacrificio de una generación que lo apostó todo por alcanzar una sociedad democrática, libre y equitativa. Aún persisten falencias en la sociedad dominicana que justifican la insurrección contra el mal gobierno. Vivimos una sociedad distópica, sin sueños ni esperanza, ocupada de la burbuja aislante de las redes sociales, la educación ciudadana puede ser un método para fortalecer la cultura política y el compromiso con el buen vivir.
El autor es Dr. en Educación
Fuente: La Información

