Lincoln López.
Llegó al caer la tarde. Fue un aguacero abundante, impetuoso y de poca duración. Cayó sobre la superficie de la tierra. El aguacero roció el interior de nuestras cabezas, y, el aguacero, me hizo recordar un texto ajeno titulado: “Aguacero”. Una metáfora entre un fenómeno de la naturaleza y una expresión humana de sentimientos.
Hacía unos cuantos días no asomaba por estos lares con su vestido gris. Siempre libre y soberana. Insobornable e indetenible. Siempre anunciada. Llueve y llueve por encima de los deseos y las conveniencias personales.
Primero, el aguacero se descargó sobre nuestras cabezas a la intemperie, mientras caminábamos decididos hacia el encuentro con otro tipo de aguacero, interno y vital: el cultural. Vertido ampliamente por el Dr. Jochy Pérez, médico, escritor y músico vegano, en su interesante conferencia sobre Neurociencia-Música-Salud y Arte.
Y tercero, esas acciones evocaron en mí, el citado texto “Aguacero”, escrito por Karim López utilizando la prosa poética, o sea, con las figuras literarias del verso, pero carente de sus estrofas y métricas. Sin rimas pero con musicalidad natural. Esta modalidad tiene un ingrediente adicional: un dibujo de Karim alegórico a su tema literario. Estos trabajos suyos se encuentran recopilados en sus publicaciones virtuales tituladas: “POP 69”.
Reproduzco a seguidas: “Aguacero” de Karim López:
(02/30g). Creo que puedo esperarte bajo la lluvia. El banco es cómodo, y si me estoy mojando la culpa no es del paraguas; soy yo mismo quien lo retira a veces para sentirme que de verdad estoy bajo lluvia y que no son impresiones mías. Si por el paraguas fuese, estuviera yo blindado, pero debo admitir que me gusta así. Puedo esperarte largo rato. Hoy tengo tiempo. Mañana, si me preguntas de nuevo, haré un gesto altanero y levantaré la nariz como para mirarte por encima, y con voz húmeda de gotas de agua, hidrógeno y trueno, seguro diré: “Claro. Todo el tiempo que necesites”. (Karim López, arquitecto, escritor y músico).
