Josh Shapiro y su familia fueron evacuados tras un incendio intencional; el sospechoso planeaba una acción violenta con dispositivos incendiarios.
En un hecho que ha sacudido a la política de Pensilvania, el gobernador Josh Shapiro, su esposa, sus cuatro hijos y otra familia fueron evacuados de emergencia luego de un ataque en Pensilvania durante la madrugada del domingo. Un incendio provocado en la residencia oficial del gobernador, ubicada en Harrisburg, dejó severos daños materiales y una creciente preocupación por la seguridad de los funcionarios electos.
El sospechoso, identificado como Cody Balmer, de 38 años, fue arrestado más tarde ese mismo día, según informó el comisionado de la policía estatal, Christopher Paris. Aunque aún no se han formalizado los cargos, se anticipa que Balmer enfrente acusaciones graves, entre ellas intento de asesinato, terrorismo, incendio agravado y asalto agravado contra un funcionario público. También podrían sumarse cargos federales, dada la magnitud del ataque.
Un ataque premeditado y simbólico
De acuerdo con las autoridades, Balmer saltó la cerca de la residencia y logró forzar la entrada al edificio, donde permaneció menos de un minuto antes de iniciar el fuego. Al momento del incidente, la familia Shapiro dormía luego de haber celebrado una cena de Pascua judía, cuyos restos aún eran visibles en medio del humo y las cenizas.
El gobernador, visiblemente emocionado, expresó su agradecimiento a los agentes de la policía estatal que los despertaron a tiempo. “No me van a detener. Si el objetivo de este ataque era hacerme retroceder, sepan que ahora trabajaré aún más duro por el pueblo de Pensilvania”, declaró Shapiro.
El incidente ha generado una ola de solidaridad en todo el país. Vicepresidentes, senadores y exgobernadores se han pronunciado en redes sociales condenando el ataque y pidiendo justicia. “Toda persona debe sentirse segura en su hogar, especialmente cuando ese hogar representa a todo un estado”, escribió el exgobernador Tom Ridge.
La policía investiga la motivación detrás del ataque, aunque Shapiro señaló que fue claramente dirigido y con una posible intención de intimidación religiosa, dado su contexto familiar y la celebración judía en curso.
Investigación en curso
El FBI colabora con la policía estatal en la investigación, y se ha iniciado una revisión integral de los protocolos de seguridad en la residencia del gobernador. Balmer, quien tiene antecedentes penales y un historial de inestabilidad, debía en los próximos días ante la corte por otro caso pendiente.
Shapiro cerró su declaración reafirmando su fe y su compromiso con el servicio público:
“Nadie va a impedir que celebremos nuestra fe ni que sigamos sirviendo al pueblo de Pensilvania con valentía.”
Con Información de CNN