Colorado. – El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, no solo tumbó un retrato… también, según su autora, le dio una estocada a su carrera artística.
La pintora Sarah Boardman, reconocida por sus retratos presidenciales, está en el centro de una tormenta mediática luego de que el propio Trump calificara su pintura como “intencionalmente distorsionada” y “la peor de todas”. El estado de Colorado retiró el cuadro del Capitolio apenas horas después de que el mandatario publicara sus airadas quejas en Truth Social, desatando una ola de controversia.
“¡La de Obama luce maravillosa! Pero la mía parece hecha por alguien que perdió su talento”, disparó Trump, visiblemente molesto con la obra expuesta desde 2019 en la rotonda del Capitolio estatal.
La artista, que también ha retratado a Barack Obama y George W. Bush, denunció que los comentarios del presidente han causado un daño profundo a su carrera: “Durante años, el retrato fue bien recibido. Pero desde sus declaraciones, todo cambió. Las críticas no paran, los encargos se han frenado. Me ha perjudicado gravemente”.
Boardman sostiene que su obra fue realizada con “precisión, sin distorsión ni sesgo”, y lamenta que una opinión presidencial haya bastado para censurar su trabajo en plena democracia.
La legislatura de Colorado, de mayoría demócrata, no tardó en actuar. Anunció el retiro inmediato de la pintura, que fue enviada a un depósito, desatando el debate entre arte, poder y libertad de expresión.
¿Censura o justicia estética? Mientras tanto, la artista sufre el costo de pintar al presidente más polémico del siglo.
Con Información de Agencia EFE