El arte dominicano vive una semana de profundo dolor. En apenas días, el país ha perdido a tres figuras que marcaron su historia cultural: Franklin Domínguez, Angelita Curiel y Miguel Ángel Martínez. Sus legados permanecerán imborrables, pero la tristeza se siente en cada escenario y pantalla.
Franklin Domínguez: arquitecto del teatro
A sus 94 años, Franklin Domínguez falleció dejando un teatro dominicano más rico y sólido. Con más de 70 obras dramáticas, galardones nacionales y una carrera de décadas como director, docente y promotor cultural, su influencia trascendió generaciones. Desde Santiago de los Caballeros, su vida fue un testimonio del poder del arte para transformar la sociedad.
Angelita Curiel: la irreverente «Mulatona»
Angelita Curiel, conocida como “la Mulatona”, falleció a los 66 años tras complicaciones de salud. Icono de la televisión dominicana, su talento y personalidad rompieron moldes. Fue más que espectáculo: representó el empoderamiento femenino en un medio que muchas veces silenciaba voces como la suya.
Miguel Ángel Martínez: rostro sereno del cine y teatro
El actor Miguel Ángel Martínez, encontrado sin vida el 23 de agosto, fue un referente del teatro y el cine dominicano. Desde 1972, su presencia escénica marcó películas como La soga, Ladrones a domicilio y obras clásicas como Antígona y Bodas de sangre. Su profesionalismo y humanidad fueron destacados por colegas y asociaciones del gremio artístico.
Un vacío inmenso
Tres muertes en días consecutivos dejan un vacío difícil de llenar. El arte dominicano llora, pero celebra la huella imborrable que estas figuras dejaron en la cultura del país. Sus nombres y sus obras seguirán inspirando futuras generaciones.