La psicóloga Leonore Walker ha definido el síndrome de la mujer maltratada como un conjunto de signos y síntomas que experimenta una mujer después de haber sufrido abusos físicos, sexuales y/o psicológicos en el contexto de una relación íntima, donde su pareja ejerce poder y control sobre ella, coaccionándola para que cumpla con sus decisiones, sin respetar sus derechos y sentimientos.
La fiscal del Distrito Nacional, Rosalba Ramos, mencionó hoy que Tamara Martínez presenta este síndrome debido a los presuntos abusos que ha sufrido por parte de su pareja, el abogado Emilio López, quien ha sido enviado a prisión preventiva por tres meses. La comunicadora se mostraba abiertamente en contra del Ministerio Público y defendía en su totalidad a su agresor, lo cual llevó a la fiscal a solicitar apoyo y comprensión hacia la víctima.
Este síndrome se ha asociado con el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y ha ganado reconocimiento en los últimos años, especialmente en el ámbito judicial. Existen seis grupos de criterios científicamente probados que permiten identificar este síndrome. Los primeros tres son similares al trastorno de estrés postraumático, mientras que los últimos tres son específicos de las víctimas de violencia en relaciones sentimentales:
Recuerdos intrusivos del evento traumático.
Hiperexcitación y altos niveles de ansiedad.
Comportamiento de evitación y entumecimiento emocional, expresado a menudo como depresión, disociación, minimización, represión y negación.
Relaciones interpersonales irregulares e interrumpidas debido al poder y control del agresor.
Imagen corporal distorsionada y/o dolor físico o somático.
Problemas en las relaciones sexuales.
A medida que los abusos se vuelven más frecuentes e intensos en la relación, la capacidad de la víctima para responder disminuye. Con el tiempo, la mujer se vuelve sumisa, con baja autoestima y con un profundo temor a desagradar a su agresor. Aunque no desea ser maltratada, llega a creer que se lo merece y que su compañero no tiene otra opción más que enseñarle a través de la violencia. Como resultado, se siente totalmente culpable de la situación e incluso defiende a su agresor.
Existen diversos tratamientos que se han utilizado para reducir los síntomas asociados a este síndrome, entre ellos:
Terapia feminista: busca empoderar a la mujer para que tome un papel activo en la denuncia de su agresor y en su proceso de recuperación.
«Programa de Empoderamiento de Terapia para Supervivientes» (STEP, por sus siglas en inglés): un enfoque psicoterapéutico diseñado para trabajar con mujeres maltratadas, centrado en el trauma y la teoría feminista.
Diario Libre
Fuente: Diario Libre