Haití es el país más pobre de América y el primero en abolir la esclavitud. Desde hace años atraviesa una grave crisis económica, política y social.
Haití ha estado enfrentando una serie de crisis políticas, económicas y humanitarias en los últimos años. En 2019, protestas masivas estallaron en respuesta al aumento de los precios del combustible y la inflación, lo que llevó a la renuncia del primer ministro y la continuación de la inestabilidad política.
En febrero de 2021, el presidente Jovenel Moïse emitió un decreto prolongando su mandato, lo que desató aún más protestas y críticas internacionales. El 7 de julio de 2021, Moïse fue asesinado en su residencia en Puerto Príncipe, lo que llevó a una mayor incertidumbre política y a una creciente violencia.
La situación humanitaria en Haití también ha empeorado, con un aumento de la pobreza, la inseguridad alimentaria y la falta de acceso a servicios básicos de salud y educación. Además, el país ha sido afectado por desastres naturales, incluyendo el terremoto de 2010 y el huracán Matthew en 2016.
La comunidad internacional ha respondido a la crisis en Haití, proporcionando ayuda humanitaria y presionando para una resolución pacífica y democrática del conflicto político. Sin embargo, la situación sigue siendo precaria y hay un largo camino por recorrer para lograr una estabilidad duradera en el país.