La República Dominicana, conocida por sus más de 1,600 kilómetros de costa y sus 400 kilómetros de idílicas playas, ha sido por mucho tiempo sinónimo de “sol, playa y arena”. Sin embargo, en los últimos años, se ha presenciado un cambio significativo en la estrategia turística del país. Los actores principales de la industria están apostando por una diversificación de la oferta turística que va más allá de los tradicionales resorts todo incluido, integrando elementos de la rica cultura dominicana, su variada gastronomía, deportes y entretenimiento.
Uno de los ejemplos más emblemáticos de esta nueva tendencia es Monción, un pequeño municipio ubicado en la provincia de Santiago Rodríguez, que se ha ganado el título de la capital del casabe. Este producto agrícola, elaborado a partir de la yuca, es la base de la economía local y ha sido la piedra angular de un floreciente turismo alternativo.
Monción ofrece a los turistas una experiencia auténtica, lejos del bullicio de las zonas más turísticas del país. Aquí, los visitantes pueden sumergirse en la vida rural dominicana y descubrir cómo las micro, pequeñas y medianas empresas locales han desarrollado una oferta turística única en torno al casabe. Desde visitar las fábricas familiares donde se produce este ancestral alimento, hasta participar en talleres donde pueden aprender a hacer su propio casabe, los turistas encuentran en Monción una conexión directa con las raíces y tradiciones dominicanas.
Además de la gastronomía, Monción también invita a sus visitantes a explorar su entorno natural, con opciones de ecoturismo que incluyen senderismo, paseos a caballo y la exploración de sus montañas y ríos. Es una experiencia que combina el sabor de la tradición con la belleza natural de la región, ofreciendo una alternativa refrescante al típico turismo de playa.
Este modelo de turismo, basado en la cultura y la producción local, no solo enriquece la experiencia del visitante, sino que también impulsa la economía de la comunidad, creando empleos y oportunidades para los habitantes de Monción y sus alrededores. Así, la República Dominicana sigue demostrando que su riqueza va mucho más allá de sus playas, consolidándose como un destino diverso y atractivo para todo tipo de viajeros.
La tendencia hacia una oferta turística más variada es una muestra del dinamismo del sector en el país y un reflejo del creciente interés por experiencias auténticas y sostenibles. Monción, con su casabe y su encanto rural, es solo un ejemplo de cómo la República Dominicana está redefiniendo su esencia turística, invitando a descubrir un país donde la cultura, la tradición y la naturaleza se encuentran en perfecta armonía.
Este artículo está basado en la publicación original de Osmil Crooke para ACENTO.COM.DO, que explora en profundidad cómo el casabe se ha convertido en un atractivo turístico clave en Monción.