La Final NBA 2025 ha llegado a un punto clave. La serie está empatada 2-2 y el título sigue al alcance de ambos. Es una batalla entre dos franquicias sin campeonatos, con hambre de gloria y jóvenes figuras que no le temen al escenario grande.
Los Oklahoma City Thunder han sido consistentes todo el año. Sus 68 victorias en la temporada regular los pusieron en el radar como favoritos. Y cuando más se necesitaba, Shai Gilgeous-Alexander (SGA), el flamante MVP, apareció como líder. En el cuarto juego, cuando todo parecía desmoronarse, firmó 35 puntos, con 15 en los últimos minutos, para darle vida a los suyos. Esa actuación hizo que Charles Barkley dijera: “La serie está sentenciada”.
Pero nadie le avisó eso a los Indiana Pacers. Contra todos los pronósticos, pasaron por encima de Knicks y Cavaliers, y han convertido la serie en una guerra de nervios. Tyrese Haliburton ha sido el alma del equipo. Su visión, control del ritmo y conexión con Pascal Siakam y una banca activa han hecho que Indiana sueñe en grande.
Ganaron el tercer partido con autoridad, y aunque cayeron en el cuarto, siguen vivos, decididos y con fe. Hoy, si Haliburton vuelve a encontrar espacios y su defensa impone el ritmo, podríamos ver un giro inesperado en esta historia.
La historia no espera a nadie
El que gane esta serie no solo levanta un trofeo. Marca historia. Porque tanto Thunder como Pacers están buscando su primer campeonato NBA. Y esas oportunidades no llegan todos los días.
Hoy se juega mucho más que un partido. Se juega un legado.