La crisis humanitaria en Gaza ha alcanzado un punto crítico, con la hambruna inminente en el norte de la Franja. La ONU y la UE han condenado fuertemente a EE.UU. e Israel por su papel en esta situación, calificándola como una crisis generada por «la acción humana».
Un informe respaldado por la ONU alertó sobre la inminencia de la hambruna en el norte de Gaza. El relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación, Michael Fakhri, acusó a Estados Unidos de ser «cómplice de la hambruna que enfrenta el pueblo palestino en Gaza» y pidió al Gobierno de Biden que detenga el envío de armas y dinero a Israel.
El secretario general de la ONU, António Guterres, y el comisionado general de la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados de Palestina, Philippe Lazzarini, también condenaron duramente la situación, atribuyéndola a «la acción humana».
En este contexto, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, criticó la situación en Gaza, afirmando que la hambruna no es producto de una catástrofe natural, sino de la acción humana. Borrell fue contundente al afirmar que «Israel está provocando hambruna» y describió a Gaza como «el cementerio a cielo abierto más grande» que existe en la actualidad.
Como respuesta a esta crisis, la Unión Europea aprobó sanciones contra la organización Hamás y contra colonos israelíes violentos en los territorios ocupados de Cisjordania. Estas medidas buscan presionar a las partes involucradas a buscar una solución pacífica y poner fin al sufrimiento de la población en Gaza.
