José Jáquez, el hombre que desafió el silencio, encontró en su obra y en su pueblo un eco eterno de su pasión y compromiso. Su periodismo, un espejo que reflejaba la verdad con destellos de humor, dejó una huella imborrable en cada rincón de su amado Sajoma.
En la Sierra de las Palabras, José Jáquez erigió un bastión inquebrantable con su pluma.
José Jáquez, el hombre que tejió versos en Sangre y Sierra, dejó que su poesía coreada fuese el testamento de su alma.
El Cano, que dirigió grupos estudiantiles y luchó por su pueblo, sembró en cada rincón la esperanza de una voz colectiva.
Partió en silencio, pero el eco de Sangre y Sierra y su lucha por el pueblo siguen resonando como su verdadero homenaje.
Sin velatorio, José Jáquez se aseguró que el eco de sus palabras fuese el único canto en su partida.
Aunque «El Fuerte» se extinguió, las palabras de Jáquez siguen firmes, como un legado que desafía el olvido.
José Jáquez, que en vida desafió el silencio, encontró en su obra y en su pueblo un eco eterno de su pasión y compromiso.
José Jáquez, el hombre que dio voz a la Sierra y a su gente, permanece en cada verso, en cada nota y en cada memoria de su pueblo.
San José de las Matas llora, pero en sus calles resuena su risa eterna, y en sus libros “Por los caminos de la Sierra” y “Sajoma se cuenta en versos”, vive su espíritu.
Paz a su alma, y que su legado continúe resonando en el corazón de San José de las Matas.