Plácido Domingo se ha mudado con su familia a Madrid y ha fijado su residencia en la capital española después de más de tres décadas instalado en Nueva York. En la decisión han pesado, sobre todo, las presiones que ha sufrido en los últimos años por el movimiento #MeToo tras las acusaciones de comportamientos inadecuados por parte de varias mujeres.
Domingo (1941) cuenta desde hace años con un piso cerca del madrileño barrio de Salamanca, pero la novedad es que desde hace varias semanas ha fijado allí su residencia habitual. Además, su esposa Marta Ornelas (1935) tiene problemas de salud que exigen una mayor atención y que han llevado a que uno de los dos hijos en común también se haya mudado con ellos a Madrid.
El tenor ha acudido recientemente al sepelio por el empresario y exvicepresidente del Real Madrid Fernando Fernández-Tapias o al estreno del musical de El fantasma de la ópera en el Teatro Albéniz. También se le pudo ver el 2 de septiembre en el palco del Santiago Bernabéu junto a Florentino Pérez.
La familia Domingo llevaba más de tres décadas en Nueva York. Su hijo mayor, José Plácido, tiene un restaurante en la ciudad de los rascacielos. Y su segundo vástago, Álvaro, ha vivido con sus hijos en la Gran Manzana. El tenor también cuenta con una vivienda en Acapulco (México), en la que solían pasar gran parte de sus vacaciones y donde superó un contagio por coronavirus que le obligó a un ingreso hospitalario. «Recuperar mi voz ha sido un milagro (…) Hace dos o tres meses no estaba seguro de poder cantar de nuevo», aseguró a La Repubblica en 2020 sobre aquella experiencia.
La polémica de #MeToo contra Plácido Domingo
La polémica del movimiento #MeToo contra Plácido Domingo estalló en agosto de 2019, un hecho que le llevó a dimitir en octubre de ese año como director de la Ópera de Los Ángeles. Desde entonces, sus actuaciones se han volcado en el ámbito europeo en vez del americano, pero seguía manteniendo su residencia en Nueva York.
El tenor aceptó en febrero de 2020 «toda la responsabilidad» de las acusaciones de acoso sexual que vertieron sobre él varias mujeres. «Entiendo ahora que alguna de esas mujeres pudieran tener miedo para expresarse honestamente porque les preocupaba que sus carreras se vieran afectadas», dijo entonces después de que el sindicato de artistas musicales de Estados Unidos (American Guild of Musical Artists) concluyese en una investigación interna que era responsable de, al menos, 27 casos de presuntos abusos sexuales aprovechándose de su posición de poder a lo largo de su trayectoria operística.
Sin embargo, poco después se retractó en el citado diario italiano, donde subrayó que nunca abusó de nadie. «He cambiado, ya no tengo miedo. Cuando supe que tenía el coronavirus me prometí a mí mismo que si salía vivo, lucharía para limpiar mi nombre. Nunca abusé de nadie, lo repetiré mientras viva», afirmó con vehemencia.
Domingo hizo hincapié en que quería «volver a la normalidad» y que las acusaciones «desestabilizaron a mi familia y a mí mismo». En aquel momento, asumió que tendría difícil cantar «en ciertas partes del mundo, como Estados Unidos o España, mi país. Y no precisamente a causa de una elección del público, que me envía constantemente mensajes de solidaridad (…) Pero ¿qué puedo hacer? ¡Es la vida!», señaló al respecto.
El ministro de Cultura, Miquel Iceta, defendió el enero de este año, tras la denuncia de una cantante de ópera española contra Domingo, el veto de su departamento al cantante de ópera pese al tiempo transcurrido desde las acusaciones y el hecho de que no haya tenido consecuencias legales para el tenor.
En este sentido, Iceta reconoció que «en un Estado de derecho en el que rige la presunción de inocencia y no hay sentencias judiciales hay que ser extraordinariamente cuidadosos con todo tipo de acusaciones», pero recordó que «en este caso fue el propio cantante quien pidió disculpas e incluso indemnizó a alguna víctima».
Por ello, el titular de Cultura consideró que «esta situación de hecho merecía una respuesta en su momento», en alusión al citado veto oficial, y que «la cultura es una actividad humana impregnadade valores, incompatible con cualquier forma de dominación u opresión». Por ello, expresó su confianza en que casos como el que salpicó a Domingo no se vuelvan a producir, al tiempo que animó a todas las mujeres a tener tolerancia cero.
Fuente: Theobjective.com