Lincoln López
El líder político conocido mundialmente como José “Pepe” Mujica se autodefinió como “un guerrero” a favor de las mejores causas de su pueblo; hoy, enfermo, y en el umbral de los noventa años, consideró que “el guerrero tiene derecho a su descanso” (BBC News).
“Vale la pena luchar para que la gente pueda vivir un poco mejor y con un mayor sentido de la igualdad”.
“Me pasó de todo en la vida”, dijo en una ocasión: de ciclista a agricultor, de guerrillero a prisionero por casi quince años, de militante político a diputado, ministro, senador, y, finalmente presidente de la República Oriental de Uruguay. Alcanzó renombre mundial, por su peculiar forma de hablar, por su vida austera e íntegra, por su indiferencia a los oropeles y los privilegios del poder…por lo que fue llamado “el presidente más pobre del mundo”.
“No soy pobre, soy sobrio, liviano de equipaje, vivo con lo justo para que las cosas no me roben la libertad”.
Comparto a continuación algunas de sus vicisitudes más terribles sufridas durante su cautiverio, las cuales pudo superar por seguir fiel a sus principios y valores que lejos de corromperlo, lo fortalecieron y salir triunfante hasta llegar luego, a la cima del poder político manteniendo su concepto de vida civil y política, sin demagogia, sin resentimiento y sin venganza política:
*Miembro guerrillero del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros. Entró preso con 37 años y salió con 50. De 1972 a 1985 no volvería a ver la luz. Tiene en su haber dos fugas de la cárcel, y en su cuerpo, seis heridas de balas.
*Casi siempre estuvo desnudo en la cárcel, con las manos y los pies atados a una especie de parrilla. Llevado de una prisión a otra, de un agujero a otro, arrojándolo sin contemplaciones a patadas. Por las palizas recibidas perdió la dentadura.
*Los carceleros desoían sus súplicas para que lo condujeran al retrete.
*Llegó a comerse el papel higiénico y el jabón. Bebió su propia orina y durmió durante años sobre suelos de cemento.
*Pasó años sin hablar con nadie que no fueran las ratas o los insectos que convivían con él o le hacían visitas. Perdiendo hasta la noción del tiempo y del espacio…Alucinado…(*UNA OVEJA NEGRA AL PODER. De A. Danza y E. Tulbovitz. 2016)
“En mi jardín hace décadas que no cultivo el odio. El odio termina estupidizando porque nos hace perder objetividad ante las cosas, el odio es ciego como el amor, pero el amor es creador, y el odio nos destruye”.
Guerrero de la luz y pensador: Triunfaste con tu fuerza moral y ética y la conciencia de tu causa.