Una tarde de oración, velas y unidad en memoria de las víctimas de la tragedia
ALLENTOWN, PA. – La comunidad dominicana de Allentown se congregó la noche del domingo frente a la alcaldía local, en el área de la bandera, para rendir homenaje a las vidas perdidas en la tragedia del centro nocturno Jet Set, ocurrida recientemente en la República Dominicana. La vigilia por víctimas, organizada con el respaldo del alcalde Matthew Tuerk y la concejal Cynthia Mota, fue un acto cargado de emoción, espiritualidad y hermandad.
Decenas de personas se dieron cita con velas encendidas en mano, formando un círculo de luz y esperanza. Entre oraciones, abrazos y mensajes de aliento, la comunidad expresó su dolor, al tiempo que reafirmó su apoyo a los familiares de las víctimas. Las lágrimas no faltaron, pero tampoco las palabras de fortaleza, pronunciadas por líderes comunitarios que tomaron el micrófono para expresar su pesar y su compromiso con la unidad del pueblo dominicano, tanto dentro como fuera del país.
Unidad y solidaridad en el corazón de Pensilvania
La vigilia por víctimas no solo fue un espacio para llorar las pérdidas, sino también para reafirmar la fuerza de una comunidad que, a pesar de la distancia, mantiene viva la conexión con su tierra natal. La concejal Cynthia Mota, una de las voces más influyentes de la diáspora dominicana en Allentown, destacó la importancia de estos espacios para sanar colectivamente. “Hoy, más que nunca, debemos estar unidos. Esta tragedia nos toca a todos”, expresó.
Por su parte, el alcalde Matthew Tuerk elogió la resiliencia del pueblo dominicano y reafirmó el compromiso de la ciudad para apoyar este tipo de iniciativas que fortalecen los lazos comunitarios. “Allentown es su hogar. Estamos aquí para ustedes”, señaló.
La actividad fue acompañada por rezos, cantos y momentos de silencio profundo, mientras las velas encendidas dibujaban un paisaje conmovedor en el centro de la ciudad. Líderes religiosos también ofrecieron palabras de consuelo y elevaron plegarias por la paz de las almas fallecidas y por la pronta recuperación de los heridos.
Este emotivo acto fue una clara muestra de que, incluso en medio del dolor, la comunidad dominicana sigue siendo un faro de unidad, fe y esperanza.