Matense.- Las selecciones de la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana (LIDOM) y la de Liga de Béisbol Profesional de Puerto Rico (LBPRC) se enfrentaron en el Citi Field de Queens, lo que se convirtió en una verdadera celebración del béisbol caribeño.
Con más de 20,000 fanáticos presentes, muchos con gorras, camisetas y banderas de ambas naciones, el ambiente fue electrizante, festivo y cargado de orgullo patrio.
Chantelle interpretó el himno de los Estados Unidos, mientras Héctor Acosta (el torito) cantó el dominicano y Gilberto Santa Rosa el de Puerto Rico.
El equipo dominicano se impuso con marcador final de 6-2, apoyado por 11 imparables, una defensa sólida y una actuación monticular destacada que permitió mantener controlado al rival boricua.
El lanzador ganador fue Huáscar Ynoa, mientras que Yacksel Ríos cargó con la derrota.
El jugador más valioso del partido fue Emmanuel Rodríguez.
Más que un juego, se vivió un espectáculo cultural: la entonación de los himnos nacionales tanto de Estados Unidos como de Puerto Rico y República Dominicana, música caribeña en el estadio y expresiones de orgullo de ambas comunidades.
Asimismo, el duelo entre LIDOM y LBPRC marcó la primera edición de este tipo en suelo estadounidense, lo que plantea un prometedor futuro como “clásico” anual entre ambas ligas.
Los jugadores puertorriqueños llevaron el #21 en sus uniformes en homenaje a Carlos Delgado, el exestelar que militó en grandes ligas con los Blue Jays de Toronto, los Marlins de la Florida y los Mets de New York.
Los dominicanos tenían el #24 de Robinson Canó, a quien le dedicaron el encuentro. Canó ha jugado con los Yankees de Nueva York, los Mariners de Seattle, los Mets de Nueva York, los Padres de San Diego y los Bravos de Atlanta. En México, con los Diablos Rojos, y en República Dominicana, con las Estrellas Orientales.
En definitiva, fue una tarde que mezcló rivalidad deportiva con orgullo caribeño, donde la victoria de República Dominicana fue celebrada con mucho entusiasmo y los puertorriqueños también disfrutaron el encuentro apoyando intensamente a su equipo, demostrando que el béisbol puede unir culturas, superar fronteras y crear momentos memorables.

