Un llamado urgente desde Washington
Con paso firme y rostro sereno, el presidente Luis Abinader regresó este jueves a suelo dominicano, exactamente a las 2:52 de la tarde. Atrás quedó una visita corta pero decisiva a Washington, donde sostuvo una reunión de alto nivel con el senador estadounidense Marco Rubio. El tema, uno que no espera: la urgencia de una ayuda para Haití.
El mandatario fue recibido por altos mandos militares en la Base Aérea de San Isidro. Pero el verdadero peso de su retorno estaba en sus palabras, no en los protocolos. Porque Abinader no fue a Estados Unidos de visita ceremonial, sino a insistir —una vez más— en que la comunidad internacional actúe ya para frenar el colapso haitiano, una crisis que no solo sacude a un país, sino que amenaza a toda la región.
En su conversación con Rubio, Abinader fue claro: la ayuda para Haití ya no es una opción, es una obligación compartida. No basta con discursos o promesas, se necesita acción concreta. Rubio coincidió. Llamó a una respuesta coordinada de los países aliados y reconoció el papel clave que juega la República Dominicana.
Premio y respaldo a su liderazgo
Durante su estadía en Washington, Abinader no solo habló de crisis. También recibió reconocimiento. El Instituto Congresual de Liderazgo Hispano le entregó el Premio al Liderazgo, destacando su papel como un socio confiable para los Estados Unidos.
En su discurso, Abinader presentó cifras contundentes: entre 2015 y 2024, el intercambio comercial entre ambos países superó los 154 mil millones de dólares. Un vínculo económico fuerte, que, como él mismo dijo, convierte a la República Dominicana en un socio estratégico y estable.
El senador Rick Scott fue más allá. Habló de una visión transformadora. De un liderazgo que ha sabido fortalecer instituciones, hacer crecer la economía y proteger el medio ambiente. Palabras que, viniendo de un actor clave en la política estadounidense, suman respaldo en un momento donde cada gesto cuenta.
Al final, más que un viaje oficial, fue un mensaje al mundo. El presidente dominicano volvió al país con la misma urgencia con la que partió: buscando soluciones y apoyo real para Haití. Porque si un país se cae, toda la región tiembla.