“La esperanza es como el sol, que arroja todas las sombras detrás de nosotros” Samuel Smiles
Por: Dr. Frank Espino
Ahora que recién terminan los Juegos Olímpicos, donde se dieron cita cientos de países, razas, y lenguas, nos hace ver claro muchos aspectos. En todas las épocas ha existido una forma de conquistar a buenos atletas. En ocasiones se premiaban con la exoneración del servicio obligatorio militar. En otros, consistía en poder salir a conocer otros lugares, lo que hacía que el esfuerzo les permitiera viajar más allá de sus fronteras. Pero a nadie nos extraña que también instituciones académicas los aceptaran en calidad de becados.
Hay ejemplos de naciones que otorgan permanencias migratorias y cambio de nacionalidad a aquellos atletas que puedan representarlos en eventos internacionales.
Nadie puede negar que regímenes dictatoriales hacían que muchos sirvieran al Estado, amparado en su fuerza política. También hacían que bajo presión defenderlos desde el punto de vista atlético donde se pusiera de manifiesto el “poderío” del régimen ante otras geografías ya fueran fronterizas o lejanas.
No ha escapado también, que como “pago a los atletas” fueran denominados “héroes o heroínas” al sistema imperante, cosa esta que lo comprometía en toda su extensión.
Algunos de estos ejemplos los hemos vivido en República Dominicana. Algunos con sus altas y sus bajas. Como han sido “las ayudas” que algunas instituciones universitarias les han ofertado al deporte. También tenemos el caso de los asuntos estatales, que con sus pírricas drávidas, han querido hacer el simulacro que se entregan al sano entretenimiento deportivo, para salud de la juventud e intentar “sacar provecho” de esta situación.
Ahora ha surgido un movimiento en muchas naciones que estimulan el deporte para el lucimiento de su potencialidad, “premiando” a los atletas con un aporte económico. Situación está de la que estamos de acuerdo. Aunque el esfuerzo de llegar a ser de alto rendimiento es una dedicación personal, no es menos cierto que esto estimula a muchos quieran participar para ver sus sueños cumplidos al final de la jornada, con una suma importante que le permita vivir decentemente, una vivienda, terminar una profesión o simplemente ser parte de la disciplina que representa como entrenador(a).
Nosotros apoyamos toda iniciativa sea ésta privada o del Estado, que le de ayuda económica y preparación a esos verdaderos hombres y mujeres que se convierten como embajadores ante eventos internacionales representando su país en el sano deporte.
No sé si existe,(perdonen mi ignorancia en este aspecto) una ley o decreto que permita a empresas y empresarios, “patrocinar” a atletas, y que esa inversión sea descontada de su contribución al fisco.?? Aunque cuando entendemos, es obligación del Estado de sacar de su partida presupuestaria un por ciento representativo para el deporte, sin que este sea utilizado como la mayoría de las veces hemos visto por décadas propaganda política, y no como debía ser, la atracción de nuevos y buenos valores que se dediquen a sanas disciplinas y no malgastando su tiempo y esfuerzo en cosas que no contribuyen en nada a la salud personal y colectiva.
El autor es médico, escritor y profesor universitario
Fuente: La Información