Vinicio Guzmán Luciano
El presidente, Luis Abinader, al pronunciar un breve discurso a la nación el pasado domingo 1 de diciembre, confirmó su meta de suprimir el hambre en el país, que junto a esta meta se propone reducir la pobreza general al 15% y la pobreza extrema al 1%; emplear a jóvenes profesionales hasta un 80%, además de otras medidas no menos importantes.
Esta meta de hambre cero en el país es pensar en grande, lo que hay que esperar es cómo se logrará esta meta que sin medrar un momento, el presidente aprovechó el momento para hablar de la misma. Si el presidente y entiendo que todos los representantes del Gobierno, lo que quiere es construir un país más justo y equitativo, excelente!, eso es lo que queremos todos, que se aligere un poco la carga para los que menos pueden y no que los gobiernos se entreguen en cuerpo y alma a servir a los ricos o a los que más pueden.
No creo que la meta se logre con tarjetitas de solidaridad y comedores económicos, más bien, creo en dignificar a la gente cumpliendo lo que dice la Constitución; en aumentar los empleos formales, dándole trabajo a los jóvenes, y arreglando el sistema educativo, promoviendo y realizando cursos especializados focalizados para maestros de educación primaria, construyendo las aulas que se necesitan, seguir fortaleciendo a Infotep y el ITLA; relanzar la agricultura en general, la sostenible y la familiar, que haya un programa serio de la agricultura, donde se respete y se apoye al productor local, permitiendo que en vez de colaborar y dejarle las puertas abiertas a los importadores, se creen mecanismos alternos para que la producción nacional no se siga viendo afectada.
Los políticos en el mundo han vivido de extremo a extremo, cuando las mínimas necesidades no se han podido resolver, se van al otro extremo, a querer erradicar las mínimas que ya se han hecho máximas, luego que no se puedan realizar esas metas, entonces, a qué se va a recurrir?
Pero no dejamos de estar de acuerdo con el presidente de construir una República Dominicana más justa y equitativa, pero que además, si el presidente quiere, todos los ciudadanos podemos ayudar a lograr esas metas, siendo que se necesiten hombres y mujeres de buena voluntad, en especial, los que ostentan la dirección de las instituciones del Estado, porque si no se hacen los cambios en esas instituciones, nada va a lograr el presidente y su discurso va a parar al rincón del olvido.
Fuente: La Información