El Gobierno de la República, a través del el Consejo de Seguridad y Defensa Nacional, dispuso la ejecución inmediata de un plan integral de control migratorio que asume como meta la repatriación de hasta 10 mil migrantes haitianos indocumentados por semana.
Es un nuevo anuncio cuya real aplicación podría verse oportuna y ambiciosa. Sin embargo, la repatriación de 10 mil extranjeros indocumentados por semana no constituye una meta fuera de la factibilidad.
Ya el CEA cuando contrataba con el Estado haitiano el ingreso de mano de obra para el período de la zafra azucarera, por ejemplo, entre los años 1983 al 1985, importaba entre 15 mil a 23 mil haitianos que repatriaba en un período de unos 10 días al término de la zafra. De manera que repatriar a 10 mil extranjeros indocumentados es una meta manejable y factible y que debe realizarse en condiciones humanas, acorde con los protocolos de los derechos humanos.
En el plan anunciado por el Gobierno también contempla establecer los mecanismos que permitan vigilar la frontera, reforzando la plataforma tecnológica en la frontera y el debido entrenamiento de los efectivos de Migración a ser integrados a los operativos de repatriación.
Ese reordenamiento organizativo para que sea más efectivo, contempla la aplicación de medidas y mecanismos para eliminar el “macuteo” del personal utilizado para el control migratorio. Ese propósito tiene que acompañarse, y también lo contempla el “Operativo”, de la desarticulación y desmantelamiento de las “mafias” que operan en la zona fronteriza para el tráfico de personas.
Esa última condición es necesaria de toda necesidad, porque de no desmantelarse las “mafias” que operan en el tráfico de inmigrantes indocumentados, la frontera seguirá siendo porosa y el Plan no tendrá el efecto deseado de controlar la frontera y la inmigración ilegal.
El Consejo de Seguridad y Defensa Nacional tiene una gran oportunidad con el desafío que encierra controlar la frontera con efectividad, impidiendo la masiva inmigración de indocumentados y para que se resguarde la integridad del territorio nacional y la dominicanidad.
Es oportuno reiterar y enfatizar sobre la necesidad de que la organización de los “Operativos” respete los derechos humanos, al tiempo de que los operativos se hagan “visibles” ante la comunidad nacional e internacional.
¡Qué se haga visible, clara y firme la política fronteriza dominicana!
Fuente: La Información