La investigación federal que hoy golpea a la Asociación de Jugadores de Grandes Ligas (MLBPA) parece un capítulo sacado de una novela de poder, dinero y decepción. Todo gira en torno a Players Way, una empresa creada en 2019 por el director ejecutivo Tony Clark, con la promesa de transformar el béisbol juvenil en Estados Unidos.
Seis años después, el proyecto que nació para abrir caminos a los jóvenes, enfrenta acusaciones de haber gastado más de 3.9 millones de dólares con pocos resultados visibles y bajo la lupa del Departamento de Justicia.
De la ilusión al escándalo
El sueño era noble: enseñar el juego “de la forma correcta”, alejando a los niños de los altos costos y las presiones del sistema de ligas privadas. Sin embargo, documentos revisados por ESPN muestran una realidad distinta: eventos escasos, cifras poco claras y sueldos de seis cifras para ejecutivos y consultores, muchos de ellos exjugadores o allegados al propio Clark.
Fuentes cercanas al caso aseguran que Players Way habría recibido fondos que podrían superar los 10 millones de dólares, y que gran parte del dinero fue destinado a gastos administrativos, con poca o nula rendición de cuentas.
Tony Clark, quien no ha sido acusado de ningún delito, defiende el proyecto y sostiene que “Players Way nació para proteger a los jóvenes de un sistema deportivo que los explota”. Pero los investigadores federales quieren saber en qué se invirtieron realmente esos millones.
Silencio incómodo
Mientras la investigación federal avanza desde la oficina del fiscal en Brooklyn, el sindicato guarda silencio. Algunos jugadores, según reporta ESPN, comienzan a mostrar frustración y desconfianza. “No importa cuánto ganemos, el despilfarro sigue siendo despilfarro”, dijo un líder del gremio.
La MLBPA, que vive una era de bonanza económica gracias a acuerdos millonarios con empresas como Fanatics y OneTeam Partners, ahora enfrenta su mayor crisis de credibilidad en años.
De confirmarse los señalamientos, el golpe sería profundo. No solo por el dinero perdido, sino por el daño a la confianza en una institución que siempre dijo representar los intereses de los jugadores… y del futuro del béisbol.

