El reciente acuerdo entre el Ministerio de Medio Ambiente, liderado por el ministro Paíno Henríquez, y la Armada Dominicana, bajo la dirección del comandante general Agustín Alberto Morillo Rodríguez, marca un hito en la defensa de nuestro patrimonio natural. Este esfuerzo conjunto no solo responde a los daños revelados por una investigación periodística, sino que también refleja un compromiso genuino con la preservación de uno de los ecosistemas más frágiles y valiosos de la República Dominicana: las Dunas de Baní.
Las Dunas de Baní, reconocidas como Monumento Natural, no solo son un atractivo turístico y un símbolo de la biodiversidad del país, sino también un espacio clave para la conservación ambiental. Por décadas, este paraje ha enfrentado amenazas constantes por la explotación descontrolada, la actividad agrícola y la ganadería. La respuesta oficial a estos problemas ha sido, en el pasado, insuficiente. Sin embargo, este acuerdo ofrece una nueva esperanza.
El ejemplo que debemos seguir
El ministro Paíno Henríquez destacó que la intervención del Estado en esta zona es una respuesta necesaria frente al desorden que por años ha afectado la sostenibilidad de áreas protegidas como las Dunas de Baní. Asimismo, el comandante Agustín Morillo Rodríguez reafirmó el compromiso de la Armada con la protección del medioambiente, asegurando que esta institución está lista para trabajar de manera coordinada con el Ministerio de Medio Ambiente y ofrecer una vigilancia permanente en la zona.
La provisión de motocicletas para patrullaje, la construcción de torres y garitas de vigilancia, y el desarrollo de un centro de visitantes son medidas que no solo fortalecen la seguridad del área protegida, sino que también representan un cambio hacia un enfoque preventivo y sostenible. Pero estas acciones no pueden quedarse en la superficie; deben ir acompañadas de una política de educación ambiental que involucre a las comunidades locales en la protección de este espacio único.
Un llamado a la conciencia colectiva
El esfuerzo por conservar las Dunas de Baní no debe recaer únicamente en las autoridades. Este es un llamado a toda la sociedad dominicana. Debemos reflexionar sobre el impacto de nuestras acciones y trabajar juntos para garantizar que estos paisajes se mantengan intactos para las generaciones futuras.
El liderazgo del ministro Paíno Henríquez y del comandante Agustín Morillo Rodríguez en esta iniciativa envía un mensaje claro: la defensa de los recursos naturales es una prioridad nacional. La remisión del caso del presunto infractor a la Procuraduría Especializada para la Defensa del Medio Ambiente es un paso crucial para asegurar que los crímenes contra la naturaleza no queden impunes.
Compromiso con el futuro
Como país, enfrentamos desafíos ambientales urgentes que requieren de una visión de largo plazo, un enfoque inclusivo y, sobre todo, una voluntad política firme. Este acuerdo es un ejemplo de lo que se puede lograr cuando las instituciones trabajan juntas, pero también es un recordatorio de que la protección de nuestro entorno natural no puede ser postergada.
Hoy más que nunca, debemos valorar nuestras riquezas naturales, no solo como un recurso, sino como un legado que estamos obligados a proteger. Este es el momento de demostrar que la República Dominicana puede ser un referente en conservación y desarrollo sostenible. Que las Dunas de Baní sean un ejemplo de lo que somos capaces de lograr cuando ponemos al medioambiente en el centro de nuestras decisiones.
