El Semanario «Camino», en su editorial de esta semana, hace un llamado contundente a los legisladores dominicanos: es hora de despojarse de los privilegios que tanto indignan a la población y que han desvirtuado su misión fundamental de servir al bien común.
La exhortación del presidente Luis Abinader, quien propuso que los legisladores limiten sus exoneraciones de vehículos a solo una, pone sobre la mesa una discusión impostergable. Este gesto, aunque modesto en apariencia, representa un primer paso hacia una política más ética y responsable. Sin embargo, la resistencia a estas medidas evidencia un arraigado interés por mantener privilegios irritantes que contravienen la justicia social y el respeto hacia quienes más necesitan.
Reflexión desde la fe y el compromiso social
El editorial retoma palabras del Papa Francisco, recordando que quienes reciben el mandato de servir deben proteger a sus ciudadanos y trabajar por un futuro digno. Lamentablemente, estas enseñanzas no parecen haber calado en el corazón de muchos políticos dominicanos. «El afán de acumular riquezas a través de privilegios y, en otros casos, mediante la corrupción administrativa, sigue siendo una constante», expresa el Semanario.
Asimismo, cita al cardenal Francois Xavier Van Thuan, quien afirmó: “Bienaventurado el político que trabaja por el bien común, y no por su propio interés”. Desde esta perspectiva, el Semanario lanza una pregunta directa a los legisladores:
¿Cómo justificar sus privilegios ante una población que lleva décadas enfrentando carencias de bienes esenciales?
El peso de los privilegios en una nación desigual
Las exoneraciones de vehículos de alto costo, el barrilito, y el cofrecito son ejemplos concretos de cómo los legisladores han utilizado recursos públicos para fines personales o partidarios. En lugar de enfocarse en legislar en beneficio de todos, estas prácticas perpetúan la pobreza estructural y adormecen las conciencias de quienes deberían trabajar para erradicarla.
«Si realmente aman a su país, comiencen a despojarse de estos privilegios. No busquen justificaciones señalando las prebendas de otros sectores. Den el ejemplo y lideren el cambio hacia una nueva forma de hacer política», exhorta el editorial.
Un llamado a la transformación política
El Semanario subraya que, mientras estas prácticas se mantengan, el desarrollo de la nación continuará siendo una promesa incumplida. Es necesario un cambio radical que coloque al bien común por encima de los intereses particulares.
La República Dominicana necesita legisladores comprometidos con la justicia social, que renuncien a los privilegios y trabajen para crear un país más equitativo. Es hora de que nuestros representantes respondan al llamado ético que exige esta nueva era: legislar con integridad, transparencia y verdadera vocación de servicio.
«La Nación no avanzará mientras ustedes continúen con prácticas anticonstitucionales que retrasan el desarrollo del país», concluye el editorial.