Mons. Ramón Benito de la Rosa y Carpio.
Nuestra sociedad dominicana también necesita de una cuaresma intensiva, un tiempo en el que reflexionemos sobre nuestras acciones y nos arrepintamos de los pecados que afectan a nuestra nación y al medio ambiente.
Es necesario que, como pueblo, hagamos penitencia por las injusticias sociales, la corrupción y el descuido de la creación que Dios nos ha confiado. Esta Cuaresma debe ser un llamado a la conversión colectiva, un momento para pedir perdón y comprometerse a vivir de manera más responsable, buscando siempre el bien de todos y del cuidado de la naturaleza. Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.
Fuente: Listín Diario