El 22 de noviembre, aniversario de la muerte de Santa Cecilia, se celebra el Día Internacional de la Música, en honor a esta devota cristiana martirizada entre los años 180 y 230 de nuestra era y que los artistas del siglo XV retratan con un arpa o junto a un órgano de tubo.
La música es una de las expresiones artísticas más sublimes que ha creado el ser humano, y acaso sea la mejor compañía de los que saben disfrutarla en soledad o de los que en grupo celebran cualquier acontecimiento, desde un cumpleaños y una boda hasta una reunión amistosa en un bar; también figura en celebraciones religiosas y hasta en ceremonias fúnebres en algunos países.
Como invención humana, la música toma características propias de la región en que se origina, de ahí que en el altiplano de Sudamérica será rítmica y repetitiva como el carnavalito, la vidala o la cueca, un poco más reposada como la milonga en el sur argentino, y en Centroamérica y el Caribe, por las raíces africanas de las culturas, tendrá un ritmo más movedizo, con instrumentos como el acordeón, la guitarra y la güira.
La tecnología ha desplazado al músico, la música disco de los años ochenta, mezcla computarizada de montones de sonidos instrumentales, las pistas que sustituyen a las orquestas, y el karaoke, una invención con la que gente aficionada se entretiene a los gritos en bares y clubes y hasta se siente artista por unos momentos, lo cual tampoco está mal.
En Edimburgo, capital de Escocia, esta efeméride se celebra desde 1695 y posteriormente se extendió a Alemania, España y Francia. En América Latina el primero en celebrarla fue Brasil.
Aunque actualmente desde las radios y hasta de la televisión nos invade la llamada “música urbana”, el reguetón y otros ritmos machacantes con letras más bien lamentables, consecuencia del poco acceso a la educación de los jóvenes de sectores vulnerables, la música evoluciona, pero al mismo tiempo conserva como ejemplos insuperables las mejores y más altas creaciones de los genios como Bach, Beethoven, Mozart o Vivaldi.
Y a lo largo de la historia de la humanidad, seguirá siendo el arte que a través de los sonidos acompaña los estados de ánimo y representa también los más altos ideales de los hombres de todos los tiempos.
Fuente: El Caribe