El Tránsito es un caos: Ley y mano dura

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Dr. Frank Espino. 

“Sólo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio, pues la vida no es un juego” Aristóteles 384 AC-322 AC. Filósofo griego.   

¡No podemos seguir así! Este es el grito de desesperación que escuchamos todos los días en todo el país.

¡Este tránsito es terrible!

¡Nadie quiere respetar las leyes (obsoletas por cierto)! ¡Cualquiera se jacta de tener un protector, sea este político o militar cuando comete una infracción!  ¿Acaso están exentos de las leyes, aquellos que tienen puestos oficiales o jerárquicos en el Estado?

¡Muertes y más muertes, heridos y mutilados todos los días! Por imprudencias que van desde exceso de velocidad.

¡Vehículos en mal estado!

¡Cruce temerario de semáforos en rojo!

¡Manejo sin licencias ni seguros!

¡Sin uso de cinturones (los vehículos públicos, son herencias de los dioses, se les permite recorrer nuestras calles y avenidas sin restricción y sin que sean multados… ¡padres de familia!)

¡Paradas improvisadas!

Motoristas suicidas!

¡Exceso de pasajeros en vehículos privados y públicos! ¡Monopolio en el transporte!

¿Quién no se ha encontrado en las noches a vehículos de carga, de compañías reconocidas, sin luces traseras, laterales, y en ocasiones frontales?

¿Quién no ha tenido de frente a un desaprensivo “patanista” que corre con velocidad digno de Indianápolis, o que insiste cruzar a los demás?

En las carreteras es frecuente ver a esos vehículos  “pesados” o aquellos destartalados y de velocidad lenta, estar en carril de la izquierda.

Las estadísticas nos deben dar vergüenza.

¡Somos de los países con más muertes por ­accidentes del mundo!

No me cansaré de escribir, protestar como médico y como comunicador del desastre en el tránsito vehicular.

Muchas voces están ocultas porque no pueden expresarse pero sé que tienen el mismo sentimiento.

Tenemos el deber de hacerlo.

¡Mano dura! ¡Aplicar la ley, no importa a quién!

Sugerimos a los próximos diputados y senadores que van ocupar los nuevos curules, que modernicen las leyes, que cada día las penas deben ser más regias. ¡No basta la educación sino  hay leyes que  endurezcan las penas!

¡Cuánto luto! ¡Huérfanos, viudos (as) madres doloridas, familias destruidas por el caos del tránsito!

Es tiempo de que haya respeto a las normas de seguridad vial.

Todos debemos ser guardianes de la protección de la población general. Acabemos de una vez y por siempre de los privilegios, de los malos dominicanos que nos quieren ver convertidos en un caos.

Tenemos derecho y podemos si hay voluntad política, de vivir en un país más digno, organizado, y respetuoso de la normas de bienestar social

¡No debe haber tregua!

Por eso decimos: “El Tránsito es un caos: Ley y mano dura”.

El autor es médico, escritor y profesor ­universitario.

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