La palabra se detuvo. El silencio marcó la partida de María Cristina Camilo, la voz de oro de la comunicación dominicana. Falleció este viernes, a los 107 años, con su memoria intacta y un legado que trasciende generaciones.
El 1 de agosto de 1952, se convirtió en la primera mujer en aparecer en la televisión dominicana, en el programa Romance campesino transmitido por La Voz Dominicana. Desde ese momento, abrió caminos que hasta entonces parecían prohibidos para las mujeres.
Un legado de amor y disciplina
Nacida en San Francisco de Macorís, María Cristina forjó una vida guiada por la disciplina y la fe. Decía que su secreto estaba en la tranquilidad, la ausencia de vicios y la confianza en Dios. Su trayectoria comenzó en La Voz del Yuna en 1948, y a lo largo de los años se consolidó como actriz, locutora y referente cultural.
“Quiero que me recuerden como una persona que dio mucho amor porque recibió mucho amor”, confesó alguna vez. Ese deseo hoy se cumple. Su voz de oro no solo acompañó sorteos de la Lotería Nacional y programas de televisión, sino también a un pueblo que la admiró por su elegancia y sencillez.
Deja un hijo, cuatro nietos y nueve biznietos, además de un legado que no cabe en estadísticas. Participó en cine, recibió reconocimientos y fue homenajeada en vida, aunque siempre priorizó lo esencial: aportar a la dignidad de los adultos mayores.
Una despedida nacional
El presidente Luis Abinader destacó que su legado honra la historia de la comunicación. El Ministerio de Cultura y el de la Mujer resaltaron su aporte a la identidad nacional. El Círculo de Locutores Dominicanos declaró tres días de duelo en su honor.
Su cuerpo será velado en la Funeraria Blandino y sepultado en el cementerio Puerta del Cielo. El canal estatal RTVD, donde nació como figura, le rendirá homenaje.
María Cristina Camilo se va, pero su voz sigue. Una voz de oro que ya forma parte del eco eterno de la cultura dominicana.