La reciente noticia del Instituto Nacional de Educación Física (INEFI) sobre la construcción de nuevos estadios de béisbol escolar en Santo Domingo Este, Puerto Plata y San Pedro de Macorís es, sin duda, una iniciativa digna de aplaudir. Es un paso firme hacia una República Dominicana que apuesta por su juventud, por la educación y por el deporte como vía de transformación social. Pero como suele pasar, una vez más nos preguntamos: ¿y las comunidades de la Sierra?
Municipios como Jánico, San José de las Matas y tantas otras localidades de nuestra cordillera central han sido históricamente olvidados. Lugares donde el talento sobra, pero las oportunidades escasean. Donde muchos niños y jóvenes sueñan con jugar béisbol, pero no tienen un play en condiciones, ni el respaldo de programas deportivos sostenibles.
No se trata solo de cemento, grama o luces. Se trata de justicia social. Se trata de romper con ese centralismo que concentra todo en las grandes ciudades y se olvida de los campos, donde también hay futuro.
Ojalá que esta ola de inversión en infraestructura escolar deportiva llegue más lejos, que atraviese las montañas y toque el corazón de nuestras comunidades rurales. Porque allá también hay jóvenes con hambre de superación, con disciplina, y con ese amor al béisbol que corre por las venas del dominicano.
Desde este espacio alzamos la voz: que el béisbol escolar también llegue a la Sierra. Que no se reparta solo para fotos y titulares. Que el desarrollo sea para todos. Porque solo así, con equidad territorial, el deporte podrá cumplir su verdadera función transformadora.
El momento es ahora. Que no se queden en el camino los sueños de nuestros muchachos.