El Teatro Nacional se vistió de luto para rendir homenaje a uno de los más grandes exponentes del merengue dominicano, víctima del colapso del Jet Set.
El último adiós a Rubby Pérez ha sacudido profundamente al pueblo dominicano. El legendario merenguero, fallecido en la tragedia ocurrida la madrugada del 8 de abril en la discoteca Jet Set, fue despedido este jueves en una ceremonia solemne en el Teatro Nacional Eduardo Brito, donde el dolor, la música y el reconocimiento marcaron una jornada histórica.
Rubby Pérez, intérprete de clásicos como Perro Ajeno y Volveré, es una de las 218 víctimas confirmadas tras el colapso del techo de la icónica discoteca capitalina. Su muerte ha dejado un vacío irremplazable en la música dominicana, pero también un legado que vivirá por siempre en el corazón del pueblo.
Un homenaje cargado de emoción
Desde tempranas horas de la mañana, cientos de personas —familiares, colegas, fanáticos y autoridades— se dieron cita en el Teatro Nacional para rendir tributo a su memoria. Allí, hace apenas un mes, Rubby había recibido un reconocimiento en los Premios Soberano. Hoy, ese mismo escenario fue testigo de su despedida.
El presidente de la República, Luis Abinader, acompañado de la primera dama Raquel Arbaje y el ministro de Cultura, Roberto Ángel Salcedo, encabezó la guardia de honor junto al féretro del artista. El acto fue organizado por el Ministerio de Cultura y se extendió hasta las 4:00 de la tarde, momento en el cual el cuerpo fue trasladado al cementerio Puerta del Cielo.
Uno de los momentos más conmovedores de la ceremonia fue la interpretación de Zulinka Pérez, hija del artista, quien cantó desde lo más profundo del alma mientras las lágrimas corrían por su rostro. “No sé cómo volveré a subir a un escenario sin él”, confesó entre sollozos.
Una despedida inolvidable
El último adiós a Rubby Pérez no fue solo un funeral, fue una celebración de su vida, su música y su entrega a la cultura dominicana. A través de aplausos, flores y canciones, el país entero reconoció el inmenso aporte del “High Voice of Merengue”, como era conocido internacionalmente.
El eco de su voz aún retumba en la memoria colectiva. Y aunque sus acordes se apagaron en el escenario del Jet Set, su espíritu seguirá bailando entre nosotros.