Una procesión de fe viva
Este jueves 19 de junio, el corazón de Santiago latió al ritmo de la fe. Desde temprano, cientos de católicos se congregaron frente a la Catedral Santiago Apóstol El Mayor para celebrar el Corpus Christi, una de las fechas más solemnes del calendario litúrgico.
Bajo la guía del arzobispo Héctor Rafael Rodríguez y junto a varios líderes de la Iglesia Católica, la multitud caminó con reverencia y alegría, portando cantos y oraciones en una procesión que concluyó con una solemne Eucaristía a las 9:00 a.m.
“Caminemos con Jesús, presente y real en la Eucaristía”, había invitado días antes el padre Rainer Vásquez. Y el pueblo respondió.
Una fe que no se apaga
El Corpus Christi no es solo una tradición. Es un acto de amor público hacia el Santísimo Sacramento, un encuentro que reafirma el vínculo espiritual entre los creyentes y Jesucristo.
Este año, la celebración tuvo un significado especial dentro del “Año Jubilar del Peregrino de Esperanza”, un llamado a seguir caminando juntos como comunidad de fe. “Celebremos que Jesucristo es Eucaristía”, expresó el arzobispo Rodríguez durante la homilía.
La música también tuvo su espacio sagrado. El Coro Arquidiocesano de Santiago, bajo la dirección del maestro Alejandro Delgado, elevó cantos que tocaron corazones y acompañaron el momento con solemnidad.
El cuerpo de Cristo camina con su pueblo
La procesión de Corpus Christi fue más que un evento religioso. Fue un acto de unidad, de esperanza renovada, un paso firme en tiempos que a veces se sienten inciertos. Porque en cada paso dado, en cada canto entonado, Santiago gritó con fe: Jesucristo vive entre nosotros.