Por más de dos décadas se discutió, se pausó, se reescribió… y finalmente, se aprobó. El Código Penal sin causales, como ya ha sido bautizado en las redes y por colectivos sociales, recibió voto unánime de los 23 senadores presentes, dejando a un lado —una vez más— el reclamo histórico por los derechos reproductivos de las mujeres.
En una jornada maratónica de más de cinco horas, se leyeron los 413 artículos del proyecto. El Senado celebró con aplausos la aprobación en primera lectura, y se espera que el debate final ocurra en la próxima sesión antes de enviar la pieza a la Cámara de Diputados.
Aplausos y deudas sociales
La reforma es profunda. Se agregan más de 70 nuevos tipos penales, incluyendo terrorismo, sicariato, feminicidio, robo de identidad, acoso digital y más. También se introduce el cúmulo de penas, lo que permitirá sentencias de hasta 60 años de prisión, una novedad absoluta en la historia judicial dominicana.
Además, se reconoce por primera vez la responsabilidad penal de las empresas, lo que podría convertirse en una herramienta útil en la lucha contra la corrupción.
Pero el avance legal no ha ido acompañado de una apertura en derechos. Organizaciones como el Movimiento de Mujeres Trabajadoras han calificado la pieza como el “Código Penal de la vergüenza”, debido a que las tres causales para permitir el aborto fueron excluidas, aún en situaciones extremas como violación, incesto o peligro de muerte para la madre.
¿Un Código verdaderamente dominicano?
Los legisladores destacan que esta sería la primera vez que República Dominicana tendría un Código Penal propio, pues el actual, aún vigente, deriva del Código napoleónico de 1810, adoptado durante el siglo XIX. En palabras del presidente del Senado, Ricardo de los Santos, se trata de una ley “perfectible”, pero que representa un avance.
El senador Santiago Zorrilla, presidente de la comisión bicameral, lo definió como un código “moderno y humano”, alineado con los estándares del Código Procesal Penal.
Sin embargo, para muchos, esta reforma penal no representa a todas y todos. La exclusión de las causales ha desatado protestas en redes y en las calles, marcando una nueva etapa en la lucha por los derechos en el país.
El camino legislativo no ha terminado. Aún resta una segunda lectura en el Senado y luego el debate en la Cámara de Diputados. Pero esta primera aprobación deja claro que el Código Penal sin causales ha llegado cargado de aplausos… y de heridas abiertas.