En tiempos donde las pantallas atrapan cada minuto de nuestra atención, El Quijote sigue vivo. Lo leen, lo comentan, lo comparten. No solo en universidades o cafés literarios, también en redes sociales, donde los lectores más jóvenes lo defienden como “la novela más importante jamás escrita”.
Lo que sorprende no es solo que un libro del siglo XVII siga vigente. Es que sigue emocionando, sigue abriendo conversaciones y sigue inspirando. El Athenaeum Book Club, una de las comunidades de lectores más activas en redes, lo ha dicho sin rodeos: El Quijote no es solo literatura, es un espejo.
Un espejo que no envejece
Ese espejo muestra, con humor y dolor, la condición humana. La comedia de la vida, la tragedia de los sueños, la fragilidad de quien se atreve a perseguir lo imposible. En palabras de los lectores, con Cervantes nace la novela moderna.
En 1605, cuando publicó su obra, la narrativa dio un giro: se pasó de mitos y epopeyas a historias de hombres y mujeres reales, contradictorios, imperfectos. Y desde entonces, ninguna generación ha dejado de dialogar con Don Quijote y Sancho.
Quizás por eso, aun en un mundo dominado por Netflix y TikTok, hay un lugar reservado para Cervantes. Porque no importa cuánto cambien los tiempos: siempre habrá un lector dispuesto a volver a ese caballero que soñó con gigantes.