El partido entre las Estrellas Orientales y los Tigres del Licey dejó una lección clara para Lidom: los árbitros necesitan mostrar más firmeza y actuar con mayor rapidez. Un conflicto por una protesta sobre el uniforme de Radhamés Liz derivó en una larga discusión de más de 45 minutos, desencadenando un pleito y seis expulsiones. Estos retrasos y controversias no solo afectan el ritmo de juego, sino también la imagen de la liga, que terminó el partido cerca de la 1 de la madrugada.
Para mantener su profesionalismo y respeto como la principal liga del Caribe, Lidom debe darles a los árbitros el respaldo necesario para tomar decisiones firmes y sin demora. Es momento de evitar que estos «shows de mal gusto» sigan empañando el espectáculo del béisbol dominicano.