El legado de Jackie Robinson volvió a ser centro de atención en el béisbol este lunes 15 de abril, cuando los Dodgers de Los Ángeles y los Rockies de Colorado participaron en una conmovedora ceremonia frente a su estatua en el Centerfield Plaza del Dodger Stadium, horas antes del primer lanzamiento. La jornada, como cada año, sirvió para recordar al hombre que cambió el deporte y la historia de Estados Unidos.
Figuras como Shohei Ohtani, Mookie Betts y el novato Roki Sasaki formaron parte del homenaje, que también contó con la presencia del legendario Kareem Abdul-Jabbar, quien recordó cómo Robinson fue su ídolo de niño. “Usaba mi gorra de los Dodgers con orgullo, aunque crecí rodeado de fanáticos de los Yankees y los Gigantes”, comentó Abdul-Jabbar, quien celebró ese mismo día su cumpleaños número 78.
Más allá del campo de juego
Jackie Robinson no solo rompió barreras raciales en el béisbol, sino que se convirtió en símbolo de lucha y dignidad. Así lo expresó el mánager de los Dodgers, Dave Roberts, uno de los dos dirigentes afroamericanos actualmente en las Grandes Ligas. “Esto no es solo una fecha. Para mí, se trata de vivir con propósito, como lo hizo Jackie”, dijo Roberts.
El acto también reunió a miembros de la familia de Robinson, incluyendo a su nieta mayor, Sonya Pankey Robinson, quien habló con emoción sobre el compromiso de preservar los valores de su abuelo. “Él fue un hombre progresista, con un fuerte sentido de justicia. Tomo muy en serio la tarea de mantener vivo su legado”, afirmó.
Desde Brooklyn, su viuda de 102 años, Rachel Robinson, conmemoró la fecha en el Museo Jackie Robinson junto al comisionado Rob Manfred, reafirmando la importancia de seguir recordando el impacto de Jackie.
El mes pasado, Robinson volvió a ser noticia cuando el Departamento de Defensa retiró brevemente una página que destacaba su servicio militar, en un intento por limitar contenido sobre diversidad e inclusión. Pero su nieta fue clara: “Nadie puede borrar su historia. Lo que hizo está grabado en la memoria de este país”, dijo Pankey.
El legado de Jackie Robinson continúa vivo en cada número 42, en cada historia contada, y en cada generación que entiende que el deporte puede abrir caminos hacia una sociedad más justa.